viernes, septiembre 01, 2017

LECTURAS DEL LUNES 4 DE SEPTIEMBRE DEL 2017.

2 OPCIONES.

1ª OPCIÓN.

PRIMERA LECTURA. Génesis 2,4-9.15


4aEsta es la historia de la creación del cielo y de la tierra.



Paraíso y pecado (Ez 28,12-19; Dt 28,63s). 

4bCuando el Señor Dios hizo tierra y cielo, 5no había aún matorrales en la tierra, ni brotaba hierba en el campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia a la tierra, ni había hombre que cultivase el campo 6y sacase un manantial de la tierra para regar la superficie del campo.
               7Entonces el Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo.
               8El Señor Dios plantó un parque en Edén, hacia Oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.
               9El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer; además, el árbol de la vida en mitad del parque y el árbol de conocer el bien y el mal.
               15El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el parque de Edén, para que lo guardara y lo cultivara.

Explicación.

              Si todo es bueno desde y por su origen, si el hombre es la corona de un universo excelente, ¿cómo se explica la presencia del mal? ¿No son bien y mal la división más radical que el hombre experimenta? La muerte es el mal definitivo y el dolor es su anticipo; la tierra, hecha para dar frutos, da espinos; el trabajo es fatigoso y poco productivo, la fecundidad es dolorosa. ¿Por qué? y la experiencia es universal. Quien así pregunta posee una formación y mentalidad "sapiencial" madura: se pregunta por el sentido de la vida, del bien y del mal.

2,5-6. Lluvia o pozos: véase Dt 11,10-12.

2,7-15 Comienza con el movimiento clásico de liberación, "sacar de.. introducir en..."
El primer hombre es sacado de la tierra y llevado, introducido, en el parque expresamente plantado para él.

2,7 Dios trabaja a manera de alfarero, no con la mera palabra: Is 29,16; Sal 33,15; 94,9; Tob 8,6. Su aliento es principio de vida: Job 10,8-11; Sab 15,7-11 (cfr. Zac 12,1); transforma la estatua de arcilla en ser vivo.

2,8 Edén significa delicia: es un parque de recreo, "Árbol de la vida": Prov 3,18; 11,30; 13,12; 15,4. "Bien y mal": totalidad en la esfera de valores.

2,9 Prov 3,18.

2,15 Síntesis antes de introducir el tema del mandato. Dos verbos resumen el don: tomar y colocar; otros dos resumen la tarea: guardar y cultivar. Los primeros se usan en contextos de restauración: del destierro o la diáspora a la tierra prometida, p. ej. Ez 36,24; 37,21; los otros dos son típicos de la exhortación sobre la ley, con el significado de "cumplir y servir".



SALMO. 90,2-5.12-14.16.

2Antes de que naciesen las montañas 
o fuera engendrado el orbe de la tierra, 

desde siempre y por siempre tú eres Dios. 
3Tú devuelves el hombre al polvo, diciendo: 
¡Volved, hijos de Adán!
4Para ti mil años son un ayer que pasó, 

una vela nocturna.
se renuevan como la hierba: 
12Enséñanos a llevar buena cuenta 

de nuestros días
para que adquiramos un corazón sensato. 

13¡Vuélvete, Señor! ¿hasta cuándo?,
ten compasión de tus siervos.
14Sácianos por la mañana de tu misericordia,
y todos nuestros días serán alegría y júbilo. 
16Que tu acción se manifieste a tus siervos
y a sus hijos tu gloria. 
Explicación.
90,2 De un salto hacia atrás tropieza la vista con las montañas que ya estaban allí antes del hombre. Es su territorio y dura más que él. La creación de la tierra, por los verbos escogidos, es como un parto.
90,3 La historia del Génesis es evocada en un verso. El que modeló al hombre, dando le consistencia, lo hizo deleznable; el que integró sus partes lo deja desintegrarse: Job 10,9.
90,4 Las medidas humanas del tiempo no sirven, de ninguna manera, para medir a Dios (2 Pe 3,8). Tal inmensidad refuerza la melancolía del orante.
90,5 El texto es algo dudoso. "Arrastras": el verbo hebreo sugiere una lluvia torrencial. 
90,12 A medida que pasan los años, instruido por Dios, el hombre madura en sensatez.
90,13 El verdadero cambio ha de suceder por una acción divina, que el hombre puede sólo suplicar.
90,14-15 La petición es modesta: equilibrar en la balanza de la vida penas y gozos. Pero Dios puede alumbrar una mañana realmente nueva, puede desequilibrar la balanza.
90,16-17 En un modelo doméstico, los siervos piden al amo que comience actuando y que dé eficacia a la tarea encomendada; algo semejante en un modelo político. De ahí se sube a la visión teológica: el hombre será lo que haya hecho: él y Dios en él. 
Transposición cristiana.

La "vuelta" de Dios de la ira a la misericordia sucede en Jesucristo: Ef 2,4-7. Las obras del cristiano, vitalizadas por la fuerza de la resurrección (Flp 3,10), cobran consistencia y fecundidad (Flp 2,13), Y al final lo acompañarán (Ap 14,13).

EVANGELIO. Mateo 6,31-34.
31 Conque no andéis preocupados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir.

32 Son los paganos quienes ponen su afán en esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. 
33 Buscad primero que reine su justicia, y todo eso se os dará por añadidura.
                34 Total, que no andéis preocupados por el mañana, porque el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le basta su dificultad.

EXPLICACIÓN.  
Se explica el segundo miembro de la primera bienaventuranza (5,3), cómo se manifiesta el reinado de Dios sobre los que hacen la opción por la pobreza. Los que han renunciado a todo no deben estar preocupados por lo material. Generosidad del Padre con sus criaturas (26-30). Preocupación prioritaria: que sea realidad la justicia del Reino (33), la fidelidad a Dios que se muestra en la fidelidad al hombre, en la labor de la comunidad en el mundo. Resumen (34): Vivir en el presente; no faltará en el mañana la solicitud del Padre.

2ª OPCIÓN.

Primera lectura: 1 Tesalonicenses 4,13-18.

13Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de los que mueren, para que no os aflijáis como esos otros que no tienen esperanza. 14¿No creemos que Jesús murió y resucitó? Pues también a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él.
                  15Mirad, esto que voy a deciros se apoya en una palabra del Señor: nosotros los que quedemos vivos para cuando venga el Señor, no llevaremos ventaja a los que hayan muerto;16pues cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta celeste, el Señor en persona bajará del cielo; primero resucitarán los cristianos difuntos, 17luego nosotros, los que quedemos vivos, junto con ellos seremos arrebatados en nubes, para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.

Explicación.

Los tesalonicenses están afligidos por algunos que han muerto, pero la tristeza cristiana por la muerte no ha de tener el sentido trágico del que no tiene esperanza (13). La creencia popular pagana concebía la vida después de la muerte como un estado de tiniebla y tristeza. Todo cristiano, en cambio, tiene la certeza de la vida futura en virtud de la resurrección de Jesús (14).

                     Aparte de esa idea central, era creencia extendida en las comunidades paulinas que el Señor volvería muy pronto, durante la vida de la primera generación de fieles (1 Cor 7,29; 15,51s; 2 Cor 6,4) y ya en la carta se ha mencionado tres veces la venida (1,10; 2,19; 3,13). La muerte de algunos miembros de la comunidad antes de la venida del Señor desorienta y hace dudar de su suerte. Se explicaba a veces la muerte como consecuencia de un pecado (cf. 1 Cor 11,30), pero no era éste el caso en Tesalónica.

                     La respuesta de Pablo dibuja un cuadro un tanto barroco: Piensa que la venida se realizará antes de su muerte (cf. 1 Cor 15,51s) (15). Para desarrollar su idea usa imágenes judías tradicionales, la voz del arcángel y el son de la trompeta (Jl 2,1; Zac 9,14; cf. 1 Cor 15,52), que había de congregar al pueblo de Dios disperso (Is 27,13). No habrá desventaja para los difuntos, pues resucitarán y se reunirán con los vivos para recibir al Señor. Concepción farisea de la resurrección (cf. 1 Cor 15,23) (16-18).

 Salmo 96; 1,3-5.11-13

(Sal 98; Is 44-55) 
 

1Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, la tierra entera; 
 
3Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
4Porque es grande* el Señor
y muy digno de alabanza;
más temible que todos los dioses.
5Pues los dioses de los paganos son apariencia,
mientras que el Señor hizo los cielos. 
11 Alégrense los cielos, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto contiene;
12exulte la campiña y cuanto hay en ella,
aclamen los árboles silvestres
13delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra;
regirá el orbe con justicia
y a los pueblos con fidelidad. 
Explicación.
96,1 Teóricamente, el canto es nuevo la primera vez que se canta, no cuando se repite. ¿Es nuevo un canto hecho de retazosusados? Creo que el autor se mueve con el espíritu de novedad que anima al profeta del destierro.
96,4 Que infunde temor o reverencia: Sal * O: muy famoso. 
96,11 Conforme al contexto, el mugido del mar es festivo: es su voz.
96,12 Es el verso más original, síntesis de lo campestre (Dt 32,13) Y lo silvestre.
96,13 Gobernar incluye el juzgar. El hombre puede fiarse de su gobierno. (Comentaré estos versos en el Sal 98).
Transposición cristiana.
Se pueden seguir dos pistas: el adviento y el reinado. Dejando la primera para el Sal 98, me fijo en la segunda. El Apocalipsis canta el reinado del Padre y de su Mesías: 11,15.17; 12,10-12; 19,6; véanse también 1 Cor 15,25; Col 1,13.  
Evangelio: Lucas 4,16-30
16 Llegó a Nazaret, donde se había criado. El sábado entró en la sinagoga, según su costumbre, y se levantó para tener la lectura.
17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías y, desarrollando el volumen, dio con el pasaje donde estaba escrito:

18 El Espíritu del Señor descansa sobre mí,
porque él me ha hungido.
Me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres,
a proclamar la libertad a los cautivos,
y la vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos,
19 a proclamar el año favorable del Señor
(Is 61,1-2).

20 Enrolló el volumen, lo devolvió al sacristán y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él,
21 y empezó a hablarles:
-Hoy ha quedado cumplido este pasaje ante vosotros que lo habéis escuchado.
22 Todos se declaraban en contra, extrañados del discurso sobre la gracia que salía de sus labios, y decían:
-Pero, ¿no es éste el hijo de José?
23 Él les repuso:
-Seguramente me citaréis el proverbio aquel: "Médico, cúrate tú"; todo lo que nos han dicho que ha ocurrido en esa Cafarnaún, hazlo también aquí en tu tierra.
24 Y añadió:
-Os aseguro que a ningún profeta lo aceptan en su tierra.
25 Pero no os quepa duda de que en tiempo de Elías, cuando no llovió en tres años y medio y hubo una gran hambre en toda la región, había muchas viudas en Israel;
26 y, sin embargo, a ningua de ellas enviaron a Elías, pero sí a una viuda de Sarepta en el territorio de Sidón.
27 Y en tiempo del profeta Eliseo había muchos leprosos en Israel y, sin embargo, ninguno de ellos quedó limpio, pero sí Naamán el sirio.
28 Al oír aquello, todos en la sinagoga se pusieron furiosos
29 y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad y lo condujeron hasta un barranco del monte sobre el que estaba edificada su ciudad, para depeñarlo.
30 Pero él se abrió paso entre ellos y emprendió el camino.


EXPLICACIÓN.

Según su costumbre (16) remite a su enseñanza (15): va a exponer en Nazaret lo mismo que en el resto de Galilea, pero va a encontrarse con el fracaso. Toma la iniciativa; él mismo busca el pasaje de Is 61,1s (18s), que se interpretaba en sentido mesiánico (profeta-Mesías). Combinando textos (incluye Is 58,6: a poner en libertad a los oprimidos), describe Lc la misión liberadora de Jesús, el Ungido por el Espíritu. En primer lugar, anunciar a los pobres el fin de su condición miserable (cf. 1,51-53; 2,10s); cautivos, ciegos, los oprimidos (1,79; Is 9,1s; 29,18ss; 35,5; 42,7; 60,1ss). Alusión al año jubilar (19: el año favorable del Señor), en que se cancelaban las deudas y se ponía en libertad a los esclavos (Lv 25); el antiguo uso se convierte en símbolo de liberación. Relación del pasaje con los cánticos del Servidor (Is 42,1.7), antítesis de la violencia y del nacionalismo particularista (Is42,4; 49,6; 51,4s) y que libera con su pasión y muerte (Is 52,13-53,2). Se explica así la omisión intencionada (20: enrolló el volumen, cortando el pasaje) del final de Is 61,2: "el día del desquite del Señor nuestro Dios", referido a la victoria sobre los paganos, y de su aplicación a Sión (Is 62,3). Se sentó, postura del maestro.

Tensa expectación (20): la lectura del texto mutilado, presentación programático, espera una explicación. En su pueblo había tenido aceptación (2,52), por pensarse que era hijo de José (3,23); ha llegado ahora acompañado de una nueva fama (4,14), por propia iniciativa ha leído un texto clásico de la expectación mesiánica, pero omitiendo el final. Jesús comienza el discurso aplicándose a sí mismo el pasaje del profeta: él es el Mesías liberador, se abre la era de la salvación, pero ésta es universal, no excluye a los paganos (21). Reacción unánime y desfavorable. El gr. martyreô, con dativo, significa aquí testimoniar / declararse en contra (cf. Mt 23,31) (22). El discurso trataba de la gracia (determinado), del favor de Dios (19) para judíos y paganos. La pregunta: ¿No es éste el hijo de José?, no se refiere a la filiación natural, de la que no dudaban (cf. 3,23), ni al oficio (no mencionado en Lc), sino a la semejanza con José en ideas y comportamiento (cf. 2,48s): lo que dice Jesús no corresponde a la postura bien conocida de José; Jesús no ha salido a "su padre" (3,23: "se pensaba que era hijo de José").

Jesús interrumpe el discurso (23) e interpreta los sentimientos del público: Médico, cúrate tú; antes de ocuparse de los males de los demás hay que remediar los propios: hay que empezar por liberar a Israel. Nazaret (nacionalismo), esa Cafarnaún (despectivo, por estar mezclados judíos y paganos): quieren que la actividad salvadora de Jesús se ejerza solamente en beneficio de Israel (aquí, en tu tierra); oposición a que beneficie también a los paganos (Lc anticipa lo que expondrá en episodios posteriores). La actitud exclusivista los cierra al mensaje. Jesús acusa: lo que está sucediendo en Nazaret no es más que un caso particular de lo que sucede a todo profeta. Israel es el pueblo que rechaza a los profetas y, en consecuencia, también a Jesús; la incredulidad impide la acción de Dios (24). Ya en el pasado Dios envió a los profetas (Elías y Eliseo) a otros pueblos , en detrimento de Israel (25-27).

Segunda reacción, de extrema violencia (28s). Antes que renunciar a su nacionalismo, quieren matar al enviado de Dios. Su ciudad, construida sobre el monte, alusión a Jerusalén y al templo: la actitud de los habitantes de Nazaret es la de la institución judía. Autoridad y libertad de Jesús (30). Emprendió el camino, la ejecución de su programa, desafiando la hostilidad.  

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