sábado, julio 01, 2017

LECTURAS DEL MARTES 11 DE JULIO DEL 2017.

PRIMERA LECTURA. Génesis 32,23-33 o Proverbios 2,1-9.


Génesis 32,23-33



23Todavía de noche se levantó, tomó a las dos mujeres, las dos criadas y los once hijos y cruzó el vado del Yaboc. 24A ellos y a cuanto tenía los hizo pasar el río. 25Y se quedó Jacob solo.
                26Un hombre peleó con él hasta despuntar la aurora. Viendo que no le podía, le golpeó la cavidad del muslo; y se le quedó tiesa a Jacob la cavidad del muslo mientras peleaba con él.
27Dijo:
-Suéltame, que despunta la aurora.
Respondió:
-No te suelto si no me bendices.
28Le dijo:
-¿Cómo te llamas?
Contestó:
-Jacob.
29Repuso:
-Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, pues has luchado con dioses y hombres y has podido.
30Jacob a su vez le preguntó:
-Dime tu nombre.
Contestó:
-¿Por qué preguntas por mi nombre?
Y lo bendijo allí.
31Jacob llamó al lugar Penuel*, diciendo:
-He visto a Dios cara a cara, y he salido vivo.
32Salía el sol cuando atravesaba Penuel; y marchaba cojeando 33(por eso los israelitas no comen el tendón del muslo de la cavidad del muslo, hasta hoy; porque Jacob fue herido en la cavidad del muslo, en el tendón del muslo).

Explicación.

32,23-24 Aprovecha la noche para hacer pasar el vado a sus numerosos rebaños; él dirige la operación. Cuando termina la operación y podría tumbarse a descansar lo poco que le queda de la noche, sobreviene un incidente imprevisto, el asalto de un desconocido valiéndose de la última oscuridad.

32,23-25 El paso del torrente es el paso decisivo: Jacob se adentra, se arriesga en territorio controlado por su hermano. Es un acto valeroso, de confianza en el Dios de Betel.

32,25-33 Es un relato capital y difícil. En la primera lectura hay que dejarse impresionar por el tono misterioso, el enunciado escueto, las correspondencias, los silencios. Pelean los dos: uno vence, pero sale marcado (motivo de folclore). Se preguntan mutuamente los nombres: uno lo dice y se lo cambian, el otro se lo calla, pero bendice. Varios nombres se van explicando: el lugar Yaboc consuena con Jacob y con ye´abeq = pelear; Israel significa luchar con Dios, Penuel es rostro de Dios. Empieza en la oscuridad, avanza la aurora, al final es el día. Creo que el autor ha despojado su relato porque no buscaba la claridad plena para un encuentro misterioso (como los de Moisés y Elías, Éx 33-34 y 1 Re 19). El autor quiere esbozar el encuentro de su personaje con Dios. Quiere decir sin propasarse, quiere revelar velando. Le da la forma de una pelea cuerpo a cuerpo y un diálogo entrecortado.

            En tiempos y culturas antiguas la pelea puede tomar formas míticas o legendarias: el dios tiene figura humana, el héroe tiene proporciones y fuerzas gigantescas; el dios está limitado al tiempo de las tinieblas; el hombre lo vence con una artimaña y le arranca una concesión. En una religión más exigente es quizá Dios quein doblega al hombre, aunque se deja retener por él; Dios mismo provoca al hombre a la pelea, a la búsqueda insatisfecha, al esfuerzo tenaz, para bendecirlo al final. Es una religiosidad más depurada la pelea es por el nombre: el auténtico y limpio, no el gastado y vaciado por el uso y el abuso humanos. Y hay que quedarse a solas y pelear de nuevo con el ser misterioso, para escuchar su nombre, fresco, recién pronunciado, por él mismo. Esta vez Dios bendice y calla su nombre. Pero haber oído su palabra, haber sentido su contacto es ya descubrimiento de su presencia. De la lucha sale el hombre cojeando, el pobre peregrino hacia la tierra prometida.

32,26 El personaje se llama ´is = hombre, individuo. Tiene forma humana, apreciable al duro tacto en la oscuridad, tiene voz humana. No se identifica. Es llamativa la ausencia de sujetos identificados en el diálogo, contra la costumbre hebrea. Al final Jacob identifica al personaje ya desaparecido: era Dios. Éx 33, 18-23 + 34,6-8; 1 Re 19,11-13; Job 42,5.

32,27 Es frecuente en el folclore que el rayar del alba rompa el encanto o deje impotente al personaje sobrehumano.

32,29 El cambio de nombre se basa en una etimología popular. Será destino de Israel en la historia -de todo hombre- luchar con Dios. A ello alude el "israelita sin dolo" de Jn 1,43-45.
          Hay que escuchar la resonancia de "rostro" o cara en el final. Puede compararse este relato con Jue 13,16-18. A esta escena parece aludir Heb 5,7 a través de Os 12,5.

32,30 Jue 13,16-18.

32,31* = Rostro de Dios. Dt 34,10.


Proverbios 2,1-9.

1Hijo mío, si aceptas mis palabras 

y conservas mis mandatos, 
2prestando oído a la sensatez
y prestando atención a la prudencia; 

3si invocas a la inteligencia
y llamas a la prudencia; 

4si la procuras como el dinero
y la buscas como un tesoro,
5entonces comprenderás el respeto del Señor 

y alcanzarás el conocimiento de Dios. 
6Porque es el Señor quien da la sensatez,
de su boca proceden saber e inteligencia; 

7Él atesora acierto para los hombres rectos, 
es escudo para el de conducta intachable, 
8guarda el camino del deber
y custodia la senda de sus fieles. 

9Entonces comprenderás la justicia y el derecho,
la rectitud y toda conducta buena, 

Explicación.

2,1-4 La primera estrofa está compuesta de prótasis condicionales. El padre o maestro habla y manda con autoridad. El discípulo debe prestar su colaboración. Primero escuchando dócilmente, después llamando, finalmente buscando. El orden de las condicionales no es cronológico; presentan aspectos diversos o complementarios. 

2,5-8 La segunda estrofa contiene una apódosis con su motivación. Introduce el tema religioso. Sensatez y prudencia no son resultado automático de un esfuerzo humano, sino don de Dios: Sab 8,21. Tenemos casi dos polos de religiosidad: respeto numinoso en un polo, conocimiento y trato en otro. Esta relación polar del hombre con Dios es la suprema sabiduría. "Fieles" o leales. 

2,9-11 La tercera estrofa añade una segunda apódosis de elementos éticos y sapienciales. La sensatez toma la iniciativa, como respondiendo a la llamada y búsqueda de los versos 3s. Después que la sensatez ha entrado en su nueva morada, dos personajes de su escolta montan afuera la guardia. 



SALMO. 17,1-3.6-8.15

(Sal 7; 9-10)

1 Escucha, Señor, mi causa,
atiende a mi clamor,
presta oído a mi súplica;
que en mis labios no hay engaño.
2 Emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
3 Aunque sondees mi corazón
y la inspecciones de noche
y lo pruebes a fuego,
no me hallarás malicia.
Mi boca no ha faltado.
 6 Yo tellamo porque me respondes,
inclina tu oído y escucha mi palabra.
7 Haz prodigios de lealtad,
tú que salvas de los levantiscos
a quienes se refugian a tu diestra.
8 Guárdame como a la niña de los ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme
 15 Y yo por mi inocencia, veré tu rostro,
al despertar me saciaré de tu semblante.

Explicación.

 17,1 "No hay engaño": aunque defensor y testigo de sí, merece fe.

17,2 El juez debe corresponder con la "rectitud" de miras. Para la "sentencia" véanse Os 5,1; Hab 1,4.7; Is 42,1.3.

17,3 Dios se acerca a la intimidad del hombre en el silencio de la noche, porque el hombre se abre o porque Dios lo abre: cfr. Sal 4,5; 16,7.

17,3b-5 Cabe otra distribución de las sentencias con el consiguiente cambio de sentido: haciendo complemento "las palabras" o "las sendas tiránicas". En conjunto menciona labios y pisadas, lenguaje y conducta.

 17,6 Es clásica la correlación "llamar - responder"

17,7 "Levantiscos"; la forma hebrea es única, formada de la raiz qwm = levantarse; ¿contra Dios o contra la autoridad humana? Más bien lo segundo, porque Dios es invocado como instancia superior.

17,8 "Como a la niña de los ojos" se lee aquí, en Dt 32,10 y Eclo 17,22. De lo judicial se salta a lo personal. Para el israelita el ojo es órgano del ver, sede del apreciar, y ver la luz es símbolo de vivir. "La sombra de las alas" es corriente: Sal 36,8; 57,2; 63,8 etc.

17,15 En cuanto a él, tiene otra "saciedad", que es "contemplar el rostro" de Dios, en un extraño banquete matutino. Una experiencia espiritual inefable recurre a símbolos de relaciones humanas.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Los comentaristas antiguos dicen: voz de Jesucristo en la pasión, de la Iglesia en la persecución. Y el verso final lo aplican a la resurrección.

EVANGELIO. Mateo 9,32-38.

32 Mientras salían los ciegos, le presentaron a un endemoniado mudo.
33 Echó al demonio y el mudo habló. La multitud decía admirada:
                   - Jamás se ha visto cosa semejante en Israel.
                   34 En cambio, los fariseos decían:
                   - Echa a los demonios con poder del jefe de los demonios.
35 Recorría Jesús todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la buena noticia del Reino y curando todo achaque y enfermedad.
                   36 Viendo a las multitudes, se conmovió, porque andaban maltrechas y derrengadas como ovejas sin pastor.
37 Entonces dijo a sus discípulos:
                   - La mies es abundante y los braceros pocos; por eso,
38 rogad al dueño que mande braceros a su mies.
EXPLICACIÓN.

32 - 34.          El mudo, nuevo símbolo de Israel que se cierra en sí mismo; alusión a Is 35,5.10. Dos reacciones: las multitudes reconocen la novedad de Jesús; los fariseos consideran que oponerse al privilegio y exclusivismo de Israel es propio de los enemigos de Dios.

Nueva sección. Sumario de la actividad de Jesús (cf. 4,23) (35). Como ovejas sin pastor, cf. Nm 27,17; nadie se ocupa del pueblo. Situación desesperada. La petición al Padre (38) hará tomar conciencia de la necesidad. No hay en Mt institución de los DOce; representan al nuevo Israel, a todos los que han aceptado el programa de Jesús (5,3-10).

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