domingo, enero 01, 2017

LECTURAS DEL SÁBADO 7 DE ENERO DEL 2017.


PRIMERA LECTURA. 1 Jn 5,14-21.



14Esta es la seguridad que tenemos al dirigimos a él, que si pedimos algo conforme a su designio, nos escucha; 15 y al estar ciertos de que él escucha cualquier cosa que le pidamos, estamos ciertos de que obtendremos lo que le hemos pedido.
16Si uno se da cuenta de que su hermano peca en algo que no acarrea la muerte, pida por él y le dará vida. Digo los que cometen pecados que no acarrean la muerte. Hay un pecado que acarrea la muerte; no me refiero a ése cuando digo que rece. 17Toda injusticia es pecado, pero hay pecados que no acarrean la muerte.
18 Sabemos que todo el que vive como nacido de Dios no peca; no, lo preserva el que nació de Dios, y el Malo no puede atraparlo.
19Sabemos que somos de Dios, mientras el mundo entero está en poder del Malo.
20Sabemos que ha venido el Hijo de Dios y nos ha dado entendimiento para conocer al Verdadero, y estamos con el Verdadero, estando con su Hijo, Jesús Mesías. Ese es el verdadero Dios y vida definitiva.
21Hijos, guardaos de los ídolos.

EXPLICACIÓN

Los que son hijos de Dios y tienen la experiencia de la vida definitiva tienen la seguridad de que Dios los escucha en todo lo que contribuye a realizar su designio. La conciencia de ser escuchados es tan cierta, que lo que se pide es ya de alguna manera poseído (14-15).

Eficacia de la oración por un miembro de la propia comunidad que falla en algo, pero no abandona su compromiso de fe y amor; la oración, expresión de amor, comunica vida. El pecado que acarrea la muerte: la opción en contra del amor; no amar, sino odiar; quien tal hace se priva de la vida definitiva (3,15). Se puede orar por él, pero no es a esta oración a la que se refiere el autor (16; cf. 3,14-15). Las incoherencias del cristiano no siempre suponen el abandono de su adhesión (17).

Tres vivencias que se derivan de lo que es Dios y de la vida que ha dado a los hombres:

Primera, que Jesús, el Hijo de Dios, protege contra el pecado a los que han nacido de Dios; «el Malo», personificación de los valores del sistema injusto (cf. 3,8) (18).

Segunda: la conciencia de pertenecer a Dios, y de la oposición a los valores del mundo (19).
Tercera: conocer por medio de Jesús al verdadero Dios Jn 17,3; 6,44; 14,6; vida definitiva, cf. Jn 5,26) (20).


Sólo el Dios que Jesús revela, el que es amor y exige fraternidad, es el verdadero; ídolos, todas las falsas imágenes o concepciones de Dios que se han fabricado los hombres. Cualquier dios distinto del que se revela en Jesús, aunque se le invoque como Dios de los cristianos, es un ídolo (21). 


SALMO. 149;1-6,9.


1¡Aleluya! Cantad al Señor un cántico nuevo, 

resuene su alabanza
en la asamblea de los leales; 

2festeje Israel a su Creador,
los Hijos de Sión a su Rey. 

3Alabad su nombre con danzas, 
tañendo para él panderos y cítaras;
4porque el Señor ama a su pueblo
y corona con su victoria a los oprimidos.

5Que los leales celebren su gloria
y canten jubilosos desde sus lechos: 

6en las gargantas vítores a Dios,

en las manos espadas de dos filos, 

9Ejecutar la sentencia dictada 

es un honor para todos sus leales. ¡Aleluya!
Explicación.
149,2 "Creador" o hacedor de la nación. “Hijos de Sión": tiene un solo antecedente, JI 2,23. Creo que aquí denota a cuantos aman la causa de la ciudad: cfr. Is 66,8.10.
149,3 "Danzas": algunos imaginan una danza sacra de espadas (Ez 21,14-22), una pantomima cuyo texto, que va explicando la acción, es el salmo. Unos hacen de enemigos vencidos, otros fingen la ejecución; concluyen cantando la victoria.
149,4 Estos "oprimidos" quizá procedan de Sof 2,3.
149,5 "Celebren su gloria": semejante a Is 13,3. Creo que es enfático, "incluso en el lecho"; inspirado en Dt 6,7.
149,6 Recuerda Neh 4,11. El fervor religioso de la lucha se expresa en las arengas de los Macabeos: 1 Mac 1, 18s; 4,9-13; 9,44-47. 
149,9 La ejecución del culpable puede ser competencia honorífica, como muestra Jue 8,20s.  
Transposición cristiana.

Leyendo el aviso de Jesús a Pedro, Mt 26,52-54, vemos que las batallas del salmo tienen que transponerse a otro orden, p. ej. como lo propone Ef 6,12.  
Evangelio: Jn 2,1-11.
1. Al tercer día hubo una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús:

2. y fue invitado Jesús, como también sus discípulos, a la boda.
3. Faltó el vino, y la madre de Jesús se dirigió a él:
- No tienen vino.
4. Jesús le contestó:
- ¿Qué nos importa a mí y a ti, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.
5. Su madre dijo a los sirvientes:
- Cualquier cosa que os diga, hacedla.
6. Estaban allí colocadas seis tinajas de piedra destinadas a la purificación de los Judíos; cabían unos cien litros en cada una.
7. Jesús les dijo:
- Llenad las tinajas de agua.
Y las llenaron hasta arriba.
8. Entonces les mandó:
- Sacad ahora y llevadle al maestresala.
Ellos se la llevaron.
9. Al probar el maestresala el agua convertida en vino, sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), llamó al novio
10. y le dijo:
- Todo el mundo sirve primero el vino de calidad, y cuando la gente está bebida, el peor; tú, el vino de calidad lo has tenido guardado hasta ahora.
11. Esto hizo Jesús en Caná de Galilea, como principio de las señales manifestó su gloria, y sus discípulos le dieron su adhesión.

EXPLICACIÓN.

1-11. La antigua alianza, simbolizada por la boda en que falta el vino, va a ser sustituida
por la nueva, en la que se dará el vino del Espíritu (Cant 1,2; 7,10; 8,2: el vino, símbolo del amor). Es decir, Jesús va a inaugurar una nueva relación del hombre con Dios, que no estará mediatizada por la Ley (1,17), sino creada por la posesión del mismo Espíritu de Dios, impulso de vida/amor, que hace al hombre/hijo semejante a Dios/su Padre. Jesús, el nuevo Esposo (1,15.30) o centro de la nueva comunidad humana, anuncia el cambio, que tendrá lugar cuando llegue su hora, la de su muerte (4).

Se completa la sucesión de días (1,29.35.43). Al tercer día (1) = dos días después. Sumando estos dos días a los cuatro antes mencionados, resulta que Jesús va a desarrollar su actividad el día sexto, el de la creación del hombre (Gn 1,26-31); este símbolo temporal indica que la obra de Jesús va a dar remate a esa creación. La expresión al tercer día (pasado mañana) alude también a Éx 19,10.11.15.16, donde anuncia la teofonía del Sinaí (Éx 20,1-21; Jn 2,11) y a Os 6,2; al tercer día nos resucitará y viviremos en su presencia. Así, el día sexto será el mismo tiempo el de la creación terminada, el de la alianza nueva en que el Espíritu sustituirá a la Ley (1,17) y el de la resurrección o vida definitiva.

Jesús no pertenece a la antigua alianza, asiste a la boda como invitado. La madre si pertenece, pero reconoce al Mesías y espera en él; expone a Jesús la situación (2-3). Jesús le indica la necesidad de romper con el pasado (4); su obra no se apoya en las antiguas instituciones, trae una novedad radical. Nunca un hijo llamaba mujer a su madre; la madre, mujer casada o esposa (Mt 1,20.24; 5,32; Mc 10,2), representa, bajo la figura de la esposa de Dios, al pueblo fiel de la antigua alianza (19,26; 4,21; 20,15) que espera el cumplimiento de las promesas (figura femenina en paralelo con la masculina de Natanael, 1,48). Ella exhorta a los que colaboran con Jesús a ser fieles a la nueva alianza (Éx 19,8; 24,37) (4-5).

Las tinajas de piedra (6) , en el centro de la narración, representan la Ley (Éx 31,18; 32,15; Dt 4,3, etc.: tablas de piedra); ésta representa a un Dios susceptible que rompe por cualquier motivo su relación con el hombre (impureza), ocultando el amor de Dios; obsesiona al hombre con su indignidad y le promete restablecer la relación del hombre con Dios (purificación). No contienen agua (las llenarán por orden de Jesús), la promesa de purificación es falsa. Seis, número de lo incompleto y provisional.

Al hacer llenar las tinajas de agua (7) indica Jesús que él va a dar la verdadera purificación. El maestresala o jefe del banquete (8) es figura de los dirigentes de Israel. Jesús ordena que saquen de las tinajas y le ofrezcan. Al ofrecérsela, el agua se convierte en vino (el amor produce la purificación y da acceso a Dios) (9).

El maestresala no reconoce el don mesiánico (10), el del amor/Espíritu que une al hombre con Dios (1,17). Protesta del orden en que se dan los vinos: lo antiguo debe ser lo mejor; para él la situación pasada es la definitiva. No acepta el cambio de la alianza.

Jn anuncia una serie de señales que realizará Jesús. La de Caná es principio, prototipo y clave de interpretación de las que seguirán; ha manifestado la gloria/amor de Jesús, cuya experiencia funda la fe/adhesión a él.

Síntesis: La obra de Jesús va a consistir en dar al hombre una capacidad de amar (el Espíritu) que lo lleve a la plena personalización (semejanza con Dios). Esto creará una nueva relación entre Dios y el hombre, la de sintonía (Padre/Hijo), que infundirá una fuerza de vida que supera la muerte y hará innecesaria toda institución mediadora.

Los Israelitas fieles (la madre) pensaban que el Mesías había de renovar la alianza antigua, pero aceptan el cambio que Jesús propone. Los jefes religiosos, en cambio, rechazan de plano semejante cambio, que supondría la autonomía del pueblo y el fin de las instituciones que ellos manejan.

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