viernes, abril 01, 2016

LECTURAS DEL SÁBADO 30 DE ABRIL DEL 2016.


PRIMERA LECTURA. Hechos 16,1-10.

1  Llegó a Derbe y luego a Listra. Resultó que había allí un cierto discípulo, de nombre Timoteo de madre judía creyente, pero de padre griego.
2 Éste gozaba de buena reputación entre los hermanos de Listra e Iconio.
3 Por eso quiso Pablo que se fuera con él y lo circundidó por causa de los judíos que vivían en aquella región, pues todos sabían que su padre era griego.
4 Al pasar por las ciudades les comunicaban los decretos sancionados por los apóstoles y responsables de la ciudad de Jerusalén, para que los observasen.
5 Las comunidades, pues, se robustecían en la fe y crecían en número de día en día.
6 Mientras tanto ellos atravesaron Friga y  la región de Galacia, pues el Espíritu Santo les había impedido exponer el mensaje en la provincia de Asia.
7 Al llegar al confín de Misia intentaron dirigirse a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió.
8 Entonces cruzaron Misia y bajaron a Tróade.
                   9 Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio que, de pie, le suplicaba:
                   - ¡Pasa aquí a Macedonia y ayúdanos!
                  10 Apenas tuvo la visión, nos esforzamos por salir inmediatamente para Macedonia, convencidos de que Dios nos había llamado a nosotros a darles la buena noticia.

EXPLICACIÓN.

                    Segunda fase de la misión: Macedonia y Grecia (16,1-18,23): Se caracteriza por la contemporización de Pablo (16,1-4) y los impedimientos puestos por el Espíritu al principio de la misión para encaminarla hacia Europa (16,5-10). En la primera etapa, Filipos, alternarán la conversión de una prosélita judía (16,11-15) con el espíritu de adivinación del paganismo (16,16-24) y la conversión del carcelero pagano (16,25-40). Las siguientes etapas serán Tesalónica (17,1-9) y Berea (17,10-15), en las que Pablo polemiza y es perseguido por los judíos; Atenas, donde su fracaso será manifiesto (17,16-34), y Corinto, donde el Señor alentará a Pablo (18,1-17). Termina con un epílogo que pone fin a la segunda fase de la misión (18,18-23).

1- 4.           La segunda fase comenzaba, sin duda, con el encabezamiento conservado por la rec. occ.: "Después de atravesar estas naciones, llegó a Derbe, etc." (1a), es decir, después de cumplir el encargo de la carta sinodal continuó el viaje hasta alcanzar las ciudades que ya había visitado, pero empezando por las últimas (cf. 14,20b-21.8-20a).

                 Timoteo, presentado como personaje representativo de un estamento ("cierto discípulo"), judío por parte de madre, era muy estimado en la comunidad cristiana de Listra, de origen pagano. Su circuncisión hecha por Pablo para congraciarse a los judíos de la región, que habían roto definitivamente con él (cf. 14,19), muestra la actitud contemporizadora de éste (1b-3). La circuncisión incorporaba a Israel y comprometía a observar la Ley (15,5). Aunque Pedro había dejado claro que la Ley no tenía validez para los paganos ni para los mismos judíos (15,10s), Pablo sigue creyendo en la posición privilegiada de Israel, sostenida por Santiago (cf.  15,14-21) y predicada antes por él (cf. 13,26): por esto promulga las prescripciones del concilio más allá del ámbito señalado por éste (cf. 15,23) (4).

               La rec. occ. puntualiza: "Mientras atravesaban las ciudades, predicaban y les transmitían con toda valentía que el Señor Jesús es el Mesías, al tiempo que les comunicaban las prescripciones de los apóstoles, etc.". 

5 - 10.            Lc contrasta el robustecimiento de las comunidades (5s, cf. 9,31s, donde se usa la misma fórmula de contraste) con los impedimentos que conducen a los misioneros a un callejón sin salida (6-8). Pero una visión los saca de la perplejidad ("noche"), indicándoles el camino a seguir: un representante ("cierto individuo") de Macedonia los invita a pasar a Europa en su ayuda (9).

                    Aparece aquí, por primera vez en el texto ordinario, un grupo anónimo que acompaña a Pablo, en determinadas ocasiones y que habla en primera persona del plural (10). Lc se sirve en Hch, de ese artificio  literario para indicar o corroborar que una determinada iniciativa proviene del Espíritu, como muy bien ha entendido la rec. occ. (que los había anticipado ya en 11,28): "Vueto en sí (Pablo), nos contó la visión, y comprendimos que el Señor nos había llamado a dar la buena noticia a los habitantes de Macedonia". 

SALMO. 100,1-3.5.

1Vitorea al Señor, tierra entera, 
2servid al Señor con alegría 

entrad a su presencia aclamando. 
3Sabed que el Señor es Dios,
él nos hizo y somos suyos,

pueblo suyo y ovejas de su aprisco. 
5«EI Señor es bueno, su misericordia es eterna, 
su fidelidad de edad en edad».

Explicación.

100 Himno con invitatorio ampliado y motivación simplificada. El invitatorio se articula en siete imperativos, de los cuales el central da contenido concreto a la alabanza. El último verso es el texto de la bendición. En un horizonte universal, de "la tierra entera" se coloca la elección de un rebaño. El contexto es cúltico, como una procesión de "entrada": "puertas, atrios, presencia". 


100,2. "Servid" puede tener sentido genérico, venerar, o restringido, dar culto.
100,3. "Sabed" es imperativo raro: tiene el peso de reconocer. El complemento "nos" se estrecha al pueblo. "Nos ha hecho" físicamente por la bendición patriarcal de la fecundidad (Gn 12,2); políticamente, haciendo de una masa de esclavos una nación libre; religiosamente por la alianza.
100,5. "Bondad, fidelidad y lealtad" forman parte de la proclamación litúrgica, desde Ex 34,6 en adelante.
Transposición cristiana.


 "Nos hizo" se puede ensanchar para que abarque a todos los hombres (Hch 17,26); se puede estrechar a la Iglesia como rebaño del buen pastor (Jn 10,12-16).   

EVANGELIO. Juan 15,18-21.

El odio del mundo.
(Jn 15, 18-25)

18. Cuando el mundo os odie, tened presente que primero me ha odiado a mí.
19. Si pertenecierais al mundo, el mundo os querría como a cosa suya, pero como no pertenecéis al mundo, sino que al elegiros yo os saqué del mundo, por eso el mundo os odia.
20. Acordaos del dicho que yo mismo os cité: “No es un siervo más que su señor”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han vigilado mi mensaje, también el vuestro lo vigilarán.
21. Todo eso lo harán contra vosotros por ser de los míos, porque no quieren reconocer al que me envió.

Explicación.

El mundo (18), nombre colectivo, designa al círculo o sistema de poder que organiza la sociedad, y a sus adeptos. En este contexto designa a todo sistema injusto. Odio, cf. 3,20; 7,7. El favor o la desgracia ante “el mundo” depende de la aceptación o no de sus valores (19); los discípulos han roto con él, al optar por Jesús, opción confirmada por su elección. Éste es el éxodo al que Jesús invita: el paso de la esclavitud a la libertad (8,36), de la muerte a la vida (5,24).

Jesús repite la primera parte del proverbio citado antes (13,16; el amor significa servicio mutuo) (20), para mostrarles que la persecución es la consecuencia inevitable de la práctica del servicio a los hombres (cf. 5,16). La actitud de los partidarios del sistema ante Jesús y los suyos es la de sospecha continua (vigilarán), porque la propuesta de una alternativa los irrita y los alarma. Los dirigentes se han negado a reconocer que Jesús era el enviado del Padre (21); han creado una imagen falsa de Dios (5,37s; 8,55) y por eso se oponen al verdadero. El que ellos adoran se hace cómplice de la opresión, puesto que en su nombre ejercen su dominio (5,10; 9,14-24). No pueden tolerar al Dios que está a favor del hombre y lo libera.

SÍNTESIS.

La paz entre el sistema injusto y la comunidad de Jesús es imposible. Los discípulos han roto con el mundo; de ahí la persecución solapada o manifiesta. El grupo cristiano es sospechoso. La razón profunda de la hostilidad es la que el orden injusto tiene contra Dios mismo. Aceptará a un dios que legitime la injusticia, pero no al que se presenta en Jesús. 

LECTURAS DEL VIERNES 29 DE ABRIL DEL 2016.


PRIMERA LECTURA. Hechos 15,22-31.


RESOLUCIÓN DE LA ASAMBLEA.

                  22 Entonces decidieron los apóstoles y los responsables, de acuerdo con la entera comunidad, elegir a algunos de ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: eligieron a Judas el llamado Barsabá, y a Silas, hombres con ascendiente entre los hermanos,
23 para mandarles por su medio este escrito:
                
           24 "Los apóstoles y vuestros hermanos los responsables saludan a los 
           hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia procedentes del paganismo.
                 Nos hemos enterado de que algunos de los nuestros han ido desde
           aquí y os han alarmado y perturbado el ánimo con sus palabras, sin 
           encargo nuestro.
           25 Por eso hemos decidido por unanimidad elegir a algunos y enviároslos
           con nuestros queridos Bernabé y Pablo,
           26 hombres que han dedicado sus vidas a la causa de nuestro Señor, Jesús
           Mesías.
           27 En consecuencia mandamos a Judas y Silas, que os referirán lo mismo 
           de palabra.
           28 Porque hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más
           cargas que las indispensables:
           29 abstenerse de carne sacrificada a los ídolos, de comer sangre o 
           animales estrangulados, y de contraer uniones ilegales. Haréis bien en 
           guardaros de todo eso. Salud".

30 Ellos, pues, se despidieron y bajaron a Antioquía, donde congregaron a la asamblea y entregaron la carta.
31 Al leerla se alegraron de aquellas palabras de aliento.



EXPLICACIÓN.



El pleno de la asamblea (apóstoles, responsables y comunidad) decide enviar unos delegados a Antioquía con la carta sinodal (22-23a). En el encabezamiento de la carta se menciona a los que han aceptado el compromiso zanjado de antemano por Santiago, los dirigentes, y a los destinatarios del mal llamado "decreto apostólico" (de hecho es un compromiso entre los apóstoles con Pedro a la cabeza y los responsables presididos por Santiago), a saber, las comunidades establecidas en las regiones de Siria y Cilicia (23).



            Se empieza descalificando a los perturbadores (24). Se cita en primer lugar la decisión tomada en el pleno de la asamblea: el envío de unos delegados (25, cf. v.22), y se alaba después la plena dedicación de los misioneros (26). Se menciona el envío de dos delegados, encargados de entregar la carta y de ratificar de palabra su contenido (27).



            Para terminar se notifica la decisión, compromiso alcanzado entre la postura abierta defendida por Pedro (la misma que Bernabé y Pablo habían adoptado desde el momento en que la buena noticia fue predicada a los paganos, cf. 11,20-26) y la radical sostenida por los judaizantes (15,1.5); se expresa en la fórmula: "Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros", en la que se reflejan ambas posturas, como se demuestra en la continuación: "no imponeros más cargas (tesis de Pedro, siguiendo al Espíritu) que las indispensables (tesis de Santiago, ratificada por los dirigentes): abstenerse, etc." (28s, cf. 15,19s; 21,25).



            En todo momento se mantiene la distinción entre la resolución unánime de la asamblea de enviar a unos delegados (vv. 22.25) y el compromiso alcanzado por los dirigentes (v.28) a instancias de Santiago (vv.19s).  



Entrega de la carta a la comunidad de Antioquía (30). Alegría porque no ha prevalecido la tesis de los creyentes fariseos (cf. vv. 1.5): "por aquellas palabras de aliento" (lit. "por aquella exhortación", propia del Espíritu Santo, cf. 9,31) (31).



SALMO. 57,8-12.



8Mi corazón está firme, oh Dios, 
mi corazón está firme: 
cantaré y tañeré. 
9 ¡Despierta, honor mío! 
iDespertad, cítara y arpa! 
Despertaré a la aurora. 
10Te daré gracias ante los pueblos, Señor, 
tañeré para ti ante las naciones: 
11por tu lealtad, que llega hasta el cielo, 
por tu fidelidad, que alcanza las nubes. 
12 iAlzate sobre el cielo, oh Dios, 
y llene la tierra tu gloria! 



EXPLICACIÓN.


57,8-12 Está construido como himno minúsculo: preparativos (Bs), cohortativos (10), motivación (11), invocación final (12). Su objeto es la endíadis clásica, fidelidad y  lealtad, ya mencionada en el v. 4.
57,8-9 Personifica los instrumentos musicales como miembros de un coro, y a la aurora, para que adelante su cita matutina.

57,9 "Honor mío": referido al orante, como sustituto del pronombre yo (Gn 49,6; Sal 7,6); o referido al Señor, que es "mi gloria" (Sal 3,4).
57,11 Se puede leer siguiendo la imagen: tras la aurora, rayos solares hacen subir la luz hasta las nubes, antes de que aparezca el sol. En esta lectura, lealtad y fidelidad son irradiación de Dios, rayos solares enviados antes de su manifestación plena y gloriosa.

57,12 Para el carácter luminoso de kabod: Ex 16,10; Is 60,1; Ez 1,28 etc.
Transposición cristiana.

El cántico de Zacarías anuncia la salvación como sol que nace: Lc 1,78. En el acostarse y levantarse leen los antiguos un símbolo de la muerte y resurrección del Mesías. Algunos himnos litúrgicos matutinos explotan la simbología del amanecer. 

EVANGELIO. Juan 15,12-17.

12. Éste es el mandamiento mío: que os améis unos a otros igual que yo os he amado.
13. Nadie tiene amor más grande por los amigos que uno que entrega su vida por ellos.
14. Vosotros sois amigos míos si hacéis lo que os mando.
15. No, os llamo siervos, porque un siervo no está al corriente de lo que hace su señor; a vosotros os vengo llamando amigos, porque todo lo que le oí a mi Padre os lo he comunicado.
16. No me elegisteis vosotros a mí, os elegí yo a vosotros y os destiné a que os pongáis en camino, produzcáis fruto y vuestro fruto dure; así, cualquier cosa que le pidáis al Padre en unión conmigo, os la dará.
17. Esto os mando; que os améis unos a otros.

Explicación.



El mandamiento que constituye la comunidad y le da su identidad (13,34) es, al mismo tiempo, el fundamento de la misión (12). Donde no existe comunidad de amor mutuo como alternativa a la sociedad injusta, no puede haber misión. Señala Jesús cuál es la cima del amor (13,34: Igual que yo os he amado) (13). Explica la adhesión en términos de amistad (15), que nace de la comunidad de espíritu y de la común vivencia de entrega. Ha pasado de la metáfora local (15,4: seguir insertados en la vid) a la relación personal (amigos). Requiere que la relación con él sea de amistad. Siendo el centro del grupo, no se coloca por encima de él: quiere ser compañero de los suyos en la tarea común. En contexto de misión, la amistad significa la colaboración en un trabajo que se considera común a todos y responsabilidad de todos. La igualdad y el afecto crean la libertad. La diferencia entre el siervo y el amigo se basa en la confianza. Ésta es total: a sus discípulos Jesús se lo ha comunicado todo.

La elección es la de todo discípulo (16). En cierto modo, Jesús ha elegido a la humanidad entera, pues ha venido a salvar al mundo (3,17; 12,47); al acercarse el hombre, esa elección queda concretada y realizada por la acogida de Jesús. La frase expresa la experiencia de cada cristiano, pues éste, aunque consciente de su opción libre, sabe que no puede atribuir sólo a su iniciativa la condición de miembro de la comunidad de Jesús. La elección se hace para la misión; los discípulos son colaboradores de Jesús. Él espera que la labor de los suyos tenga un efecto duradero que vaya cambiando la sociedad (que vuestro fruto dure). La dedicación a realizar las obras de Dios (9,4), que es la sustancia de la misión, pone a disposición de los discípulos la fuerza del Padre. A través de ellos se vierte el torrente de su amor.

Para terminar la sección sobre el amor, repite Jesús su mandamiento (cf.12 )(17), condición para estar vinculados a él y producir fruto. La repetición es, al mismo tiempo, un aviso: si no existe esa calidad de amor, falta lo esencial.



SÍNTESIS.



Identificado con Jesús y su mensaje, el grupo tiene su pleno apoyo. La actividad de la comunidad hace llegar a los hombres el amor del Padre que ofrece vida. Jesús excluye la adhesión y el amor propios de siervos o súbditos: deben ser amistad que llega a dar la vida por los amigos. La misión adquiere así una dimensión nueva: los discípulos se dedicarán con él a una labor que sienten como propia; no serán siervos de un señor, sino hombres libres, amigos que comparten su alegría en la tarea común.

LECTURAS DEL JUEVES 28 DE ABRIL DEL 2016.


PRIMERA LECTURA. Hechos 15,7-21.

7 Como la discusión se caldeaba, se levantó Pedro y les dijo:
                   - Hermanos, vosotros sabéis que, desde la primera época, Dios me escogió entre vosotros para que los paganos oyeran de mi boca el mensaje del evangelio y creyeran.
8 Y Dios, que lee los corazones, se declaró a favor de ellos, dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros.
9 No ha hecho distinción alguna entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones por la fe.
10 ¿Por qué, entonces, provocáis a Dios ahora imponiendo a eos discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos tenido fuerzas para soportar?
11 No, nosotros creemos que nos salvamos por la gracia del Señor Jesús, de la misma manera que ellos.
                  12 Toda la asamblea guardó silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaban cuántas señales y prodigios había hecho Dios por su medio entre los paganos.


       SANTIAGO SALVAGUARDA EL PRIVILEGIO DE ISRAEL.


                  13 Cuando ellos se callaron, replicó Santiago:
                  - Hermanos, escuchadme:
14 Simeón ha relatado cómo Dios por vez primera se ha dignado escoger de entre los paganos un pueblo par aél.
15 Concuerdan con esto los dichos de los Profetas, como está escrito:


                  16 Después de esto volveré
                  para reconstruir la tienda caída de David;
                  reconstruiré sus ruinas
                  y la pondré en pie,
                  17 para que el resto de los hombres busque al Señor,
                  con todas las naciones que ya llevan mi nombre,
                  dice el Señor, que lo hizo
                  18 notorio desde antiguo (Am 9,11-12 LXX).

                  19 Por tanto, he resuelto yo que no se debe molestar a los paganos que se convierten a Dios; 
20 basta escribirles que se abstengan de contaminarse con la idolatría, de contraer uniones ilegales, de comer animales estrangulados o sangre;
21 porque desde las primeras generaciones Moisés ha tenido quien lo proclame en cada ciudad, cuando se lee cada sábado en las sinagogas.


Explicación.


La reunión de la asamblea está estructurada también en forma concéntrica: reunión de la asamblea (6), defensa de Pedro (7-11), Bernabé y Pablo en el centro del debate (12), sentencia de Santiago (13-21), resolución de la asamblea (22-29).

                    Reunión de la asamblea, compuesta solamente por los apóstoles y los responsables (6). La comunidad está presente también, pero no tiene voz ni voto en el debate (cf. v.12).

                    En medio de la discusión acalorada, señal de que la tesis farisea tiene sus partidarios entre los dirigentes, interviene Pedro, en representación de los apóstoles; la rec. occ. puntualiza que lo movió a ello el Espíritu Santo: "Se levantó Pedro movido por el Espíritu" (7a, cf. Mt 22,43; Mc 12,36).

                    Pedro les recuerda que "desde la primera época" fue elegido por Dios entre los dirigentes para anunciar la buena noticia a los paganos; los sucesos acaecidos en casa de Cornelio pertenecen ya a un pasado lejano, pero con valor fundacional (7b). Dios ratificó su anuncio derramando sobre ellos el Espíritu Santo, lo mismo que había hecho en Pentecostés sobre los de origen judío (cf. 10,44.47; 11,15.17), sin haber precedido ninguna señal exterior de conversión (bautismo), pues lee en el interior del hombre (8). Dios no distingue entre judíos y paganos, entre puro e impuro, sagrado o profano (9a, cf. 10,15.20.28; 11,9.12); no es la Ley -ni por ende la circuncisión- sino la fe la que purifica al hombre, suprimiendo así toda discriminación (9b, cf. 11,17).

                  Tras asentar los principios constitutivos de derecho, saca las consecuencias: querer imponer la Ley -una carga insoportable tanto para Israel como para los judeocreyentes- equilvadría a negar la gratuidad de la salvación (10); la salvación tanto para los paganos como para los judíos procede de la gracia del Señor Jesús y no de la circuncisión ni de la Ley, como pretendían los creyentes fariseos (11).

                 El silencio de la entera asamblea es señal de asentimiento. La rec. occ. lo justifica: "Habiendo dado los responsables su asentimiento guardó silencio toda la asamblea" (12). La comunidad judeocreyente escucha el relato de Bernabé y Pablo, situados en el centro del deber ante la decidida actitud de Pedro, éstos se atreven ahora a mencionar la conversión de los paganos (comp. v.3 con v.4); los prodigios son indicio del apoyo divino a la misión (cf. 14,3).

                Santiago, el pariente del Señor, interviene como portavoz del grupo de los responsables (cf. 12,17). Pide a la asamblea que preste atención a su requisitoria (13).

                Llamándole Simeón (forma hebrea de "Simón"), hace incapié en el origen étnico y religioso de Pedro. Al resumir el discurso de éste, tergiversa el sentido de sus palabras.

                Mediante la frase: "se ha dignado escoger de entre los paganos un pueblo (indeterminado) para él" (14), distingue a los paganos de Israel ("el pueblo", siempre determinado en Lc) y los subordina a la iglesia judía.

               Niega así toda novedad a lo expuesto por Pedro, haciéndolo coincidir con un pasaje de Amós (Am 9,11s, citado según los LXX), del que deduce que la restauración de la monarquía davídica (el mesianismo nacionalista judío, cf. 3,20ss) es condición indispensable para la salvación de la humanidad (15-17).

              El último inciso: "notorio desde antiguo" (18), es un comentario de Santiago inspirado en Is 45,21: el hecho que Dios se haya dignado "por vez primera" asimilar a los paganos a Israel, según la versión que acaba de dar él del relato de Pedro (v.14), no debe prejuzgar la restauración de Israel, pues ésta se inscribe en el plan primigenio de Dios, "desde antiguo".

             La rec. occ. es todavía más explícita: "Notria es desde antiguo para el Señor su obra": la restauración de la dinastía davídica es "la obra" por excelencia de Dios, a la que debe supeditarse la misión entre los paganos.

             Sentadas estas premisas, Santiago emite una sentencia salomónica, valiéndose de la autoridad que le otorga su calidad de sucesor del Mesías davídico por fuerza de su parentesco de sangre (cf. 1,14): la circuncisión no es obligatoria para los paganos (19), pero éstos han de respetar ciertas prescripciones, cuya transgresión haría imposible la convivencia con los judíos (20).

              El estatuto jurídico que impone a los creyentes venidos del paganismo es análogo al del extranjero asimilado al pueblo judío (cf. Lv 17s). Era el mínimo que los pensadores liberales judíos exigían a los paganos adictos que no se hacían plenamente judíos.

             La rec. occ., después de las prescripciones (om. la relativa a los animales estrangulados), añade: "Y no hacer a otros lo que uno no quiere par así", o sea, la regla de oro de la religiosidad judía.

             Santiago trata de justificar el fallo emitido apelando a un argumento jurídico: "Moisés", la Ley, no ha prescrito, pues sigue teniendo plena vigencia y mantiene la primacía que emanda de su antigüedad, "desde las primeras generaciones" (21), en contraposición al hecho más bien reciente de la apertura a los paganos, que Pedro hacía remontar a la primera época de la iglesia, "desde los primeros días" (15,7. lit.)

             Pedro se había pronunciado en favor de la libertad total frente a la Ley tanto para los paganos como para los judíos creyentes; Santiago retiene la obligatoriedad de la Ley para los creyentes judíos y, aunque renuncia a integrar a los convertidos del paganismo en el Israel mesiánico, les exige un estatuto jurídico que les permita convivir con el Israel verdadero.

SALMO. 96,1-3.10.

(Sal 98; Is 44-55) 


1Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, la tierra entera; 
2cantad al Señor, bendecid su nombre, 
pregonad día tras día su victoria.  
3Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. 
10Decid a los paganos: El Señor es rey: 
él afianzó el orbe, y no vacilará;

él gobierna los pueblos rectamente. 

Explicación.

96,1 Teóricamente, el canto es nuevo la primera vez que se canta, no cuando se repite. ¿Es nuevo un canto hecho de retazosusados? Creo que el autor se mueve con el espíritu de novedad que anima al profeta del destierro.  

96,10 La segunda frase está tomada del Sal 93,1, la tercera falta en el paralelo 1 Cr 16,31; algunos suprimen ambas para que quede el clamor escueto. 


Transposición cristiana.

Se pueden seguir dos pistas: el adviento y el reinado. Dejando la primera para el Sal 98, me fijo en la segunda. El Apocalipsis canta el reinado del Padre y de su Mesías: 11,15.17; 12,10-12; 19,6; véanse también 1 Cor 15,25; Col 1,13. 

EVANGELIO. Juan 15,9-11.

9. Igual que el Padre me demostró su amor, os he demostrado yo el mío. Manteneos en ese amor mío.
10. Si cumplís mis mandamientos, os mantendréis en mi amor, como yo vengo cumpliendo los mandamientos de mi Padre y me mantengo en su amor.
11. Os dejo dicho esto para que llevéis dentro mi propia alegría y así vuestra alegría llegue a su colmo.

Explicación.

El Padre demostró su amor a Jesús (9) comunicándole la plenitud de su Espíritu (1,32s), que era la comunicación de su gloria o amor fiel (1,14). Jesús demuestra su amor a los discípulos de la misma manera, comunicándoles el Espíritu que está en él (1,16; 7,39); la unión a Jesús-vid (15,1ss) se expresa ahora en términos de amor. Los discípulos deben vivir en el ámbito de ese amor (cf. 15,4).

Pone en paralelo la relación de los discípulos con él y la suya con el Padre (10,15) (10): la fidelidad del amor se expresa en ambos casos por la respuesta a las necesidades de los hombres (cumplir los mandamientos) del Padre/de Jesús). La praxis asegura la unión con él. No existe amor a Jesús sin compromiso con los demás. Los mandamientos o encargos del Padre a Jesús se identifican con su misión de salvar a la humanidad. El criterio objetivo de la relación con él y con el Padre es el amor de obra (cf. 1 Jn 3,14); éste demuestra la autenticidad de la experiencia interior.

La alegría (11) es “objetiva”, por el fruto que nace (15,8), y “subjetiva”, porque el amor practicado produce la experiencia del amor; los discípulos viven circundados del amor de Jesús. Pero además, Jesús comparte con ellos su propia alegría, la que procede del fruto de su muerte y de experiencia del Padre.

LECTURAS DEL MIÉRCOLES 27 DE ABRIL DEL 2016.


PRIMERA LECTURA. Hechos 15,1-6.

1 Unos que habían bajado de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos:
                        - Si no os circuncidáis conforme a la tradición de Moisés, no podéis salvaros.
                        2 Se produjo un altercado y una seria discusión con Pablo y con Bernabé, y determinaron que Pablo y Bernabé, con algunos más de ellos, subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y responsables sobre aquella cuestión.
                        3 Así pues, la comunidad los proveyó para el viaje, atravesaron Fenicia y Samaría refiriendo la conversión de los paganos y causando gran alegría en todos los hermanos.
4 Llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la comunidad de los apóstoles y los responsables y les contaron lo que Dios había hecho con ellos.
5 Pero algunos de la facción farisea, que se habían hecho creyentes, se levantaron para decir:
                      - Hay que circuncidarlos y mandarles que observen la Ley de Moisés.
6 Se reunieron entonces los apóstoles y los responsables para examinar el asunto.

EXPLICACIÓN.

                           La asamblea de Jerusalén (15,1-4): Comprende cinco momentos, dispuestos en forma concéntrica por contribuir a la vez un paréntesis en la misión y ser su punto crucial: conflicto en Antioquía (1s), intermedio (3-5), asamblea propiamente dicha (6-29), intermedio (30-35), nuevo conflicto en Antioquía (36-41).

                         1s. Ofensiva de los judeocreyentes contra la apertura a los paganos de la comunidad antioquena: No es posible la salvación sin hacerse antes judío; la rec. occ. distingue muy bien la doble condición que tratan de imponerles: "si no os circuncidáis y no observáis la tradición de Moisés" (1, cf. 21,21).

                        Pablo y Bernabé defienden su postura; gran tensión en la comunidad; decisión de enviar una representación a Jerusalén para aclarar de una vez la cuestión (2). La rec. occ. en lugar de "y determinaron...", precisa: "Pablo, en efecto, sostenía vigorosamente que debían permanecer como estaban cuando habían creído (cf. 11,23); pero los que habían venido de Jerusalén les ordenaron -a Pablo y Bernabé y algunos otros- que subieran para comparecer en Jerusalén ante los apóstoles y responsables, a fin de que fueran juzgados por ellos sobre aquella cuestión".

3 - 5.               De camino, ante las comunidades cristianas de origen pagano o samaritano, cuentan la conversión de los paganos, provocando en todas ellas gran alegría (3). En Jerusalén, en cambio, ante los apóstoles y los responsables de la comunidad judeocreyente, sólo hacen referencia a los beneficios que Dios les ha hecho a ellos personalmente (cf. 14,27); no se constata alegría alguna (4).

                      Intervienen entonces los elementos más conservadores de la comunidad jerosolimitana, de procedencia farisea, los mismos que habían provocado el conflicto en Antioquía, como muy bien especifica la rec. occ.: "Pero los que les habían ordenado que subieran para comparecer ante los responsables intervinieron diciendo -algunos de la facción farisea que se habían hecho creyentes-: Hay que etc.'" (Un paréntesis análogo, entre el verbo "decir" y el contenido del discurso o dicho, en 1,15.) (5a). La circuncisión es obligatoria y comporta, además, la observancia de la Ley de Moisés (5b, cf. Gál 5,3).

La reunión de la asamblea está estructurada también en forma concéntrica: reunión de la asamblea (6).... 

SALMO. 122,1-5.


1iQué alegría cuando me dijeron 
«Vamos a la casa del Señor». 
2Ya están pisando nuestros pies 
tus umbrales, Jerusalén.
3¡Jerusalén!, construida como ciudad 
bien unida y compacta,
4adonde suben las tribus, 
las tribus del Señor;
según la costumbre de Israel,
a dar gracias al nombre del Señor. 
5Allí reside el tribunal de justicia,

el tribunal del palacio de David. 

Explicación.


122,1-2 Concentra los dos momentos extremos de la romería: el anuncio de la partida y la llegada, saltándose el viaje con su fatiga: cfr. Sal 84.
122,3-5 Predicados de la ciudad. Su trazado, con casas unidas formando calles; el templo donde se unen las tribus para alabar al Señor: cfr. Sal 65,2; la administración central de la justicia en un tribunal supremo. La imagen supone una nación unificada, con un centro religioso y político: ¿refleja una realidad. un recuerdo, una aspiración? Mucho depende de la datación del salmo. 
Transposición cristiana.
Creo que se han de leer sobre el fondo de este canto de peregrinación las palabras de Jesús al avistar la ciudad: Lc 18,41-44. El destino de Jerusalén lo recoge la Iglesia celestial según Ap: tronos 20,4.11-15; belleza 21,11-21; doce (puertas) 21,12-14; no templo 21 ,22s.  


EVANGELIO. Juan 15,1-8.

La comunidad en expansión.
(Jn 15, 1-6)

1. Yo soy la vid verdadera, mi Padre es el labrador.
2. Todo sarmiento que en mí no produce fruto, lo corta, y a todo el que produce fruto lo limpia, para que dé más fruto.
3. Vosotros estáis limpios por el mensaje que os he comunicado.
4. Seguid conmigo, que yo seguiré con vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí solo si no sigue en la vid, así tampoco vosotros si no seguís conmigo.
5. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que sigue conmigo y yo con él, ése produce mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada.
6. Si uno no sigue conmigo, lo tiran fuera como al sarmiento y se seca; los recogen, los echan al fuego y se queman.

Amor, amistad y fruto.
(Jn 15, 7-17)

7. Si seguís conmigo y mis exigencias siguen entre vosotros, pedid lo que queráis, que se realiza.
8. En esto se ha manifestado la gloria de mi Padre, en que hayáis comenzado a producir mucho fruto por haberos hecho discípulos míos.

EXPLICACIÓN.

1-6. La vid o viña era el símbolo de Israel como pueblo de Dios (Sal 80,9; Is 5,1-7; Jr 2,21; Ez 19,10-12). La afirmación de Jesús (1) se contrapone a estos textos; no hay más pueblo de Dios (vid y sarmientos) que la nueva humanidad que se construye a partir de él (cf. 1,9: la luz verdadera; 6,32; el verdadero pan del cielo). Como en el AT, es Dios, ahora llamado el Padre, quien ha plantado y cuida esta vid.

Advertencia severa (2) que define la misión de la comunidad. Jesús no ha creado un círculo cerrado, sino un grupo en expansión: todo miembro tiene un crecimiento que efectuar y una misión que cumplir. El fruto es el hombre nuevo, a nivel de individuo y comunidad, y a nivel de expansión; no se produce fruto cuando no se comunica la vida que se recibe; el que se niega a amar y no hace caso al Hijo, se coloca en la zona de la tiniebla (3,36). Es aquel que pertenece a la comunidad pero no responde al Espíritu.

Quien practica el amor tiene que seguir un proceso ascendente, un desarrollo, hecho posible por la limpia que el Padre hace. Elimina factores de muerte, haciendo que el discípulo sea cada vez más auténtico y más libre, y aumente así su capacidad de entrega y su eficacia. Pretende acrecentar el fruto: fruto de madurez en el discípulo, fruto de nueva humanidad.

Hay una limpieza inicial (cf. 13,10) y otra sucesiva para el crecimiento. Sintetizando datos, la limpieza o purificación la produce la opción por el mensaje de Jesús, que es el del amor. Éste separa del mundo injusto y quita, por tanto, el pecado (1,29). El mensaje, en cuanto se hace práctica en la vida del discípulo, se identifica con el Espíritu, dinamismo del amor. La actividad del amor sigue efectuando la purificación. Según el significado de “limpio/puro” sólo quien practica el amor agrada a Dios (cf. 14,23).

Jesús exhorta a sus discípulos a renovar su adhesión a él (4), en función del fruto que han de producir. La unión mutua entre Jesús y los suyos, vistos aquí como grupo, es la condición para la existencia de la comunidad, para su vida y para el fruto. El sarmiento/discípulo no se mantiene vivo (vida=amor) si se corta de la fuente de la vida/amor.

Repite Jesús su afirmación primera (5). Entre él y los suyos existe una unión íntima: la misma vida circula en él y en ellos, gracias a la asimilación a él (6,56: comer su carne y beber su sangre): mucho fruto, cf. 12,24. Quien rechaza el amor renuncia a la vida (6); la muerte en vida acaba en la muerte definitiva.

Sigue el tema de la fecundidad (7); el fruto se apoya también en la eficacia de la petición. Jesús se hace colaborador en la tarea de los suyos, sin límite alguno (lo que queráis). La respuesta a las exigencias concretas del amor crea el ambiente de la comunidad (entre vosotros, cf. 5,38). La sintonía con Jesús, creada por el compromiso a favor del hombre, establece su colaboración activa con los suyos. “Pedir” significa afirmar la unión con Jesús y reconocer que la potencia de vida procede de él.


La gloria, que es el amor del Padre (8), se manifiesta en la actividad de los discípulos, que trabajan a favor de los hombres.

SÍNTESIS.

La existencia de la humanidad nueva en medio de la sociedad injusta no depende de una institución, sino de la participación de la vida de Jesús. Él crea la alternativa al “mundo” opresor: la sociedad del amor mutuo, expresión de la vida y ambiente de la libertad, que trabaja por incluir a la humanidad entera.

El compromiso cristiano es el dinamismo de una experiencia que busca comunicarse. La unión con Jesús y el Espíritu que él infunde llevan necesariamente a la actividad. El fruto tiene un doble aspecto inseparable: el crecimiento personal y comunitario y la expansión de la vida en la humanidad.

Identificado con Jesús y su mensaje, el grupo tiene su pleno apoyo. La actividad de la comunidad hace llegar a los hombres el amor del Padre que ofrece vida. Jesús excluye la adhesión y el amor propios de siervos o súbditos: deben ser amistad que llega a dar la vida por los amigos. La misión adquiere así una dimensión nueva: los discípulos se dedicarán con él a una labor que sienten como propia; no serán siervos de un señor, sino hombres libres, amigos que comparten su alegría en la tarea común.