miércoles, enero 01, 2014

LECTURAS DEL VIERNES 31 DE ENERO DEL 2014.

Primera Lectura. 2 Samuel 11,1-10.13-17.

David y Betsabé.

1Al año siguiente, en la época en que los reyes van a la guerra, David envió a Joab con sus oficiales y todo Israel a devastar la región de los amonitas y sitiar a Rabá. David, mientras tanto, se quedó en Jerusalén, 2y un día, a eso del atardecer, se levantó de la cama y se puso a pasear por la azotea de palacio, y desde la azotea vio a una mujer bañándose, una mujer muy bella. 3David mandó a preguntar por la mujer, y le dijeron:
-Es Betsabé, hija de Elián, esposa de Urías, el hitita.
4David mandó a unos para que se la trajesen; llegó la mujer, y David se acostó con ella, que estaba purificándose de sus reglas. 5Después Betsabé volvió a su casa; quedó encinta y mandó este aviso a David:
-Estoy encinta.
6Entonces David mandó esta orden a Joab:
-Mándame a Urías, el hitita.
7Joab se lo mandó. Cuando llegó Urías, David le preguntó por Joab, el ejército y la guerra.
8Luego le dijo:
-Anda a casa a lavarte los pies.
Urías salió de palacio y detrás de él le llevaron un regalo del rey. 9Pero Urías durmió a la puerta de palacio, con los guardias de su señor; no fue a su casa. 10 Avisaron a David que Urías no había ido a su casa, y David le dijo:
-Has llegado de viaje, ¿por qué no vas a casa?
13Urías se quedó en Jerusalén aquel día. Al día siguiente David lo convidó a un banquete y lo emborrachó. Al atardecer, Urías salió para acostarse con los guardias de su señor, y no fue a su casa. 14A la mañana siguiente David escribió una carta a Joab y se la mandó por medio de Urías.
15El texto de la carta era: "Por a Urías en primera línea donde sea más recia la lucha, y retiraos dejándolo solo, para que lo hieran y muera. 17Joab, que tenía cercada la ciudad, puso a Urías donde sabía que estaban los defensores más aguerridos. 17Los de la ciudad hicieron una salida, trabaron combate con Joab, y hubo algunas bajas en el ejército entre los oficiales de David; murió también Urías, el hitita. 

Explicación.

11,1-5 Primera escena: David y Betsabé.

11,1 El primer verso plantea toda la situación: el contraste entre las tropas numerosas que marchan a la guerra y el rey que se queda en la capital; frase larga para los soldados, frase breve para David; (el contraste entre frases largas y breves es procedimiento que recurre en el relato). Aunque casi toda la acción se desarrolla en la corte, sentimos a ésta envuelta en una presencia dominadora y acusatoria de la guerra: visitas, mensajes, el gran marco que se abre en 11,1 y se cierra en 12,26-31. El primer verso nos impone una lectura de contrastes y nos hace pensar en la primera aparición de David en el campo de batalla, dejadas sus ovejas.

11,2 El segundo verso acerca la figura de David: la siesta, el ocioso pasear, la curiosa mirada. Todo ello desde la altura de su azotea, desde la altura de su poder real que ordena, despacha, reclama, comenta. Contrasta la frase larga sobre el rey y la frase breve dedicada a la mujer, vista por los ojos del rey.

11,3-4 La rápida acción está articulada por el doble mandar: a informarse, a traer. Supuesta la información, el traer equivale a un rapto para el adulterio. Nada dice el autor de la actitud de Betsabé: ¿consiente a gusto?, ¿podría resistirse al rey? Una frase breve cierra el episodio, que podría concluir sin consecuencias: "Volvió a su casa" (el motivo de la casa es importante).

11,4 Lv 15,9; Éx 20,14.

11,5 La reacción de Betsabé es de pánico: la adúltera tiene pena de muerte, y la prueba del adulterio está en su seno; toca al rey remediar. Los cuatro verbos casi seguidos del original expresan la urgencia,. Contrasta el brevísimo mensaje en la frase final.

Así ha terminado la primera escena. Notemos en ella los términos clave: la cama (mshkb), acostarse (shkb), quedarse (yshb). 

11,6 Este verso introduce la segunda escena, repitiendo tres veces, en el texto hebreo, el verbo mandar.

11,7 La frase larga, con tres complementos, resume una conversación y presenta el interés fingido del rey. En hebreo se pregunta por la paz o bienestar (shalom) en el contexto de guerra esa palabra, repetida tres veces en el original, suena extraña.

11,8 La fórmula incluye el reposo completo en su propia casa. El verbo lavarse es el mismo de Betsabé bañándose.

11,9 La breve frase final subraya la desobediencia del soldado. El motivo de la casa se vuelve obsesivo en los versos que siguen.

11,13 Al final de la escena se repiten en otra clave los términos de la primera escena: acostarse, cama, quedarse en Jerusalén. Haciendo eco al v.9, suena otra vez la casa.

Urías ha desobedecido al rey, le ha recordado cosas desagradables, ha hecho fracasar su plan sencillo. ¿Piensa David que Urías sabe o sospecha?, ¿se siente descubierto y amenazado? Al menos ha visto que no puede domeñar al soldado ni con regalos ni con vino.

11,14-17 La tercera escena, breve y rapidísima, está iluminada por una luz trágica: Urías portador de su sentencia de muerte. La carta podía ir escrita en una tablilla de barro o en pergamino, e iba sellada. David da una orden sin explicaciones. Joab la ejecuta sin miramientos.

La carta termina con un frase breve "que lo hieran o muera", a la que hace eco una frase algo más larga con que concluye la escena: "murió también Urías el hitita"; esto sonará de nuevo, casi como estribillo.

Salmo. 51,3-7.10-11.

3Misericordia, oh Dios, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa,
4lava del todo mi delito


y limpia mi pecado.
5Pues yo reconozco mi culpa
y tengo siempre presente mi pecado.
6Contra ti solo pequé,
cometí la maldad que repruebas.
7Que tus argumentos te hagan justicia
y resultes inocente en el juicio.
7Mira, culpable nací,
pecador me concibió mi madre. 

10Anúnciame gozo y alegría,
que se regocijen los huesos triturados.
IITápate el rostro ante mi pecado
y borra toda mi culpa. 
Explicación.
51,3 Al apelar a la piedad y compasión de la otra parte, implícitamente se reconoce culpable.
51,6a "Contra ti solo". Si el salmo está estilizado como pronunciado por David, parece olvidar a Urías. Leído detrás del anterior, parece olvidar al prójimo. Sin embargo, la frase hace sentido en contexto de alianza: una parte es ofensora respecto a la otra. Véase para David 2 Sm 12,9.
51,6b En el esquema de un juicio bilateral el verso es claro: el orante aprueba la validez del discurso de Dios. Parafraseo: con tu discurso pruebas tu inocencia, del proceso sales inocente. Si se tratase de que Dios salga justificado frente a todo juicio humano, la condena de un culpable surtiría el mismo efecto.
51,7 "Concibió": en la fisiología de entonces, me dio su calor. 
51,10 Anticipa la segunda parte. Cuando Dios pronuncie la sentencia de perdón, el penitente escuchará una noticia alegre, y hasta lo hondo de los huesos sentirá el gozo: véase Is 66,14.  
Trasposición cristiana.  
El salmo 51 es el Miserere, príncipe de los salmos penitenciales. Lástima que se haya desgajado del 50 y que no se haya valorado bastante la epíclesis o invocación al Espíritu. Podemos arrancar de 2 Cor 5,17-21 sobre el "ministerio de reconciliación". Al cual añado unas cuantas observaciones.
En la liturgia penitencial, ordenada al perdón y reconciliación, Dios no condena como juez, sino que se querella como parte. La relación mutua se funda en la alianza, cuya carta es el evangelio. El evangelio posee fuerza de interpelación, de recriminación y querella; pero también ofrece perdón y fuerza para la enmienda. A un examen de conciencia objetivo y neutral se sobrepone la palabra de Dios, en diálogo personal. La reconciliación tiene algo de nueva creación, y el Espíritu se infunde como dinamismo de vida nueva. Se plantea la relación entre culto y justicia.  
Evangelio. Marcos 4, 26-34.

26y siguió diciendo:
-Así es el reino de Dios, como cuando un hombre ha echado la semilla en la tierra; 27 él duerme y está despierto, por la noche y por el día, y la semilla germina y va creciendo sin que él sepa cómo. 28Por sí misma la tierra va produciendo el fruto: primero hierba, luego espiga, luego grano repleto en la espiga. 29y cuando el fruto se entrega, envía en seguida la hoz, porque la cosecha está ahí.
30y siguió diciendo:
- Con que podríamos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? 31Con un grano de mostaza, que, cuando se siembra en la tierra, aun siendo la semilla más pequeña de todas las que hay en la tierra, 32sin embargo, cuando se siembra, va subiendo, se hace más alta que las hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden anidar a su sombra.
33Con otras muchas parábolas del mismo estilo les exponía el mensaje, según lo que podían oír, 34y no se lo exponía más que en parábolas; a sus propios discípulos se lo explicaba todo aparte.

EXPLICACIÓN.
Jesús se dirige de nuevo a la multitud, exponiendo en clave el secreto del Reino. Primera parábola del Reino (4,26-29), su aspecto personal: la maduración del hombre por la asimilación del mensaje, hasta la entrega total (el fruto = el hombre nuevo, se entrega). En la tierra, universalidad (cf. 2,10). El que siembra debe respetar ese proceso interior (sin que él sepa cómo). La siega: el individuo se integra en la comunidad, en su fase terrestre y poshistórica (cf. 13,27).

Segunda parábola (4,30-32), el aspecto social del Reino: pequeñez inicial y apariencia modesta (contra Ez 17,22-24, «el cedro frondoso», sobre la restauración de Israel). No hay continuidad con el pasado (semilla nueva, no esqueje del antiguo cedro). No se planta en un monte alto, sino en la tierra, universalidad; resultado, un arbolito, pero que ofrece acogida a todo hombre (pájaros).

El Reino, por tanto, excluye la ambición de triunfo personal y de esplendor social. Los discípulos (= los Doce, 4,10), imbuidos como la multitud de la ideología del judaísmo, no entienden las parábolas (cf.4,13), por no haber hecho suyo el secreto del Reino (34).

LECTURAS DEL JUEVES 30 DE ENERO DEL 2014.

Primera Lectura. 2 Samuel 7,18-19.24-29.

18Entonces el rey David fue a presentarse ante el Señor, y dijo:
-¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar hasta aquí? 19¡Y por si fuera poco para ti, mi Señor, has hecho a la casa de tu siervo una promesa para el futuro, mientras existan hombres, mi Señor! 
24Has establecido a tu pueblo, Israel, como pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios. 25Ahora, pues, Señor Dios, mantén siempre la promesa que has hecho a tu siervo y su familia, cumple tu palabra. 26Que tu nombre sea siempre famoso. Que digan: "¡El Señor de los ejércitos es Dios de Israel!". Y que la casa de tu siervo David permanezca en tu presencia. 27 Tú, Señor de los ejércitos, Dios de Israel, has hecho a tu siervo esta revelación: "Te edificaré una casa"; por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta plegaria. 28Ahora, mi Señor, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo. 29Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo.

Explicación.

7,18 Para "presentarse" el hebreo emplea el verbo ybsh, que cubre una gama de significados: sentarse, detenerse, habitar... Quizá lo haya escogido el autor para hacer eco al comienzo del capítulo.

7,19-29 La oración de David, algo difusa en una primera lectura, no carece de cierta articulación coherente: da gracias (19-24), suplica (25-27), pide la bendición (28-29).

La acción de gracias habla de sí y del pueblo (19-22.23-24). Son muchas palabras de quien se ha quedado sin palabra y prorrumpe en expresiones de estupor. Mientras algunos himnos se maravillan de la grandeza del Señor, David se maravilla de su pequeñez, la cual revela la grandeza y unicidad del Señor. David no tiene nada que decir, porque el Señor conoce sus sentimientos, porque es el Señor quien ha hecho conocer a David.

Es de notar el nuevo sentido de casa: la humilde familia de donde el rey procede. Por eso su título frente al Señor es "tu siervo", repetido diez veces: tres en la acción de gracias, cuatro en la súplica, tres en el final.

Del pueblo recuerda David la redención y la alianza, repitiendo el verbo que ha usado para la promesa (kwn). Súplica: el Señor ha de mantener su palabra (qwn), y así se mantendrá la dinastía (kwn). Recoge la promesa en una fórmula que difiere del v.11 que podría ser más original, pues hace eco exactamente del v.6.

Bendición: podría tener uso litúrgico (puede verse Sal 67), y quizá contenga una referencia o alusión a la tercera promesa de Abrahán, Gn 12,2-3: la bendición de Dios será fecundidad y continuidad perpetua, ella cumplirá la palabra del Señor.

En toda la oración domina la palabra y el habla de Dios. El estilo es elevado y un poco retórico, adopta formas rítmicas flexibles.

7,22 Sal 40,17.

7,24 Dt 26,17s.

7,25 Dt 9,5. 

Salmo. 132,1-5.11-14.

(2 Sm 6)
1Tenle en cuenta, Señor, a David
todos sus afanes.
2Cómo juró al Señor
e hizo voto al Paladín de Jacob:
3«No entraré en la tienda de mi casa,
ni subiré al lecho de mi descanso,
4no concederé sueño a mis ojos
ni reposo a mis párpados,
5hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una morada para el Paladín de Jacob», 
 
11EI Señor juró a David
una promesa que no retractará:
«Un fruto de tus entrañas
colocaré en tu trono.
12Si tus hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán en tu trono».  

13EI Señor ha elegido a Sión,
la quiere como residencia suya:
14«Éste es mi descanso para siempre,
aquí  habitaré, porque la quiero.
Explicación.

132,1 ''Tenle en cuenta": véase la construcción en las memorias de Neh 5,19; 14,22. "Afanes" o aflicciones, humillaciones: 2 Sm 7,10.
132,2 "Paladín" es título aureolado en la tradición: Gn 49,24; Is 1,24; 49,26; 60,16. "Juramento y voto" son aportaciones del autor.
132,3 ''Tienda de la casa" es expresión insólita, como emparejando el palacio con la tienda en que residió el Señor.
132,5 Llamarlo "lugar" responde a 2 Sm 6,17; 1 Cr 21,22.25; 2 Cr 3,1; 7,12; menciones propias del Cronista. Otro tanto sucede con "morada". 
132,11 a El verso es enfático. En tiempo del Cronista es una magnífica profesión de fe y esperanza.
132,11 b-12 El primero en singular sin condiciones. El segundo en plural y condicionado: Sal 89,29-38.
132,13 Elección de Sión: Sal 68,17; 87,2. 
Trasposición cristiana.
Éste es uno de los salmos mesiánicos clásicos: se incorpora a la serie de 2, 45, 72, 110. El NT lo cita en Hch 2,29 y 7,45-47. El cristiano como morada del
Padre y del Hijo: Jn 14,23. Los Padres han referido el v. 8 a la resurrección y ascensión de Jesucristo. 


Evangelio. Marcos 4,21-25.

21Y siguió diciéndoles:
-¿Acaso se trae la lámpara para meterla debajo del perol debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? 22Porque si algo está escondido es sólo para que se manifieste, y si algo se ha ocultado es solamente para que salga a la luz. 23¡Si alguno tiene oídos para oír, que escuche!
24y siguió diciéndoles:
-¡Atención a lo que vais a escuchar! La medida que llenéis la llenarán para vosotros, y con creces, 25pues al que produce se le dará, pero al que no produce le quitarán hasta lo que había recibido.  
Explicación.
 El secreto que ellos conocen deberá ser publicado en la futura misión (21-22). El fruto que se produce se verá multiplicado más allá de toda expectativa. Quien no produce, lo pierde todo (24-25).

LECTURAS DEL MIÉRCOLES 29 DE ENERO DEL 2014.

Primera Lectura. 2 Samuel 7,4-17.

4Pero aquella noche recibió Natán esta palabra del Señor:
5-Ve a decir a mi siervo David: Así dice el Señor: "¿Eres tú quien me va construir una casa para que habite en ella? 6Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy no he habitado en una casa, sino que he viajado de acá para allá en una tienda queme servía de santuario. 7Y en todo el tiempo que viajé de acá para allá con los israelitas, ¿encargué acaso a algún juez de Israel, a los que mandé pastorear a mi pueblo, Israel, que me construyese una casa de cedro?" 8Pues bien, di esto a mi siervo David: Así dice el Señor de los ejércitos: "Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para ser jefe de mi pueblo, Israel. 9Yo he estado contigo en todas tus empresas; he aniquilado a todos tus enemigos; te haré famoso como a los más famosos de la tierra; 10 daré un puesto a mi pueblo, Israel: lo plantaré, para que viva en él sin sobresaltos, sin que vuelvan a humillarlo los malvados como antaño, 11cuando nombré jueces en mi pueblo, Israel; te daré paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. 12Y cuando hayas llegado al término de tu vida y descanses con tus antepasados, estableceré después de ti a una descendencia tuya, nacida de tus entrañas, y consolidaré tu reino. 13Él edificará un templo en mi honor y yo consolidaré su trono real para siempre. 14Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y golpes, como suelen los hombres; 15pero no le retiraré mi lealtad como se la retiré a Saúl, al que aparté de mi presencia. 16Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre".
17Natán comunicó a David toda la visión y todas estas palabras. 

Explicación.

7,7 Éx 25-31; 35,40; Nm 10,11-36; y libro de los Jueces.

7,8 Sal 78,70s.

7,9 Sal 18,41.

7,12 La fórmula resulta un poco ambigua, sobre todo por la inserción del v.13. Este verso se refiere directamente a Salomón, descendiente en sentido singular. En cambio, la promesa se refiere a la descendencia, como la promesa hecha a Abrahán (Gn 12,7; 15,18; 17,7-10), que se individualiza en 21,13.

7,14 Fórmula de adopción o de elección, que resuena en Sal 2 y 110.

7,16 Is 9,6; Lc 1,32s.

Salmo. 89,4-5.27-30.

 4-He sellado una alianza con mi elegido,
jurando a David mi siervo:

5«Te fundaré un linaje perpetuo
y te construiré un trono para todas las edades». 
27EI me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca de salvación».
28y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra.
29Le guardaré lealtad eterna
y mi alianza con él será estable.
30Le daré un linaje perpetuo
y un trono duradero como el cielo.  
Explicación.

89,4-5 Sin introducción suenan palabras de Dios. Toma la iniciativa, elige como vasallo a David, le otorga con juramento (2 Sm 3,9; Sal 110,4; 132,11) una alianza, para él y sus sucesores en el trono. 
89,27-28 Como título supremo, el rey de Israel es llamado hijo de Dios y puede invocar personalmente al Señor como Padre: Sal 2,7; 2 Sm 7,14. Este salmo añade un matiz: "primogénito". Lo que es el pueblo hebreo entre otros pueblos (Ex 4,23), lo es su rey entre los reyes. No por precedencia cronológica, sino por elección y nombramiento divinos.
89,29-30 La lealtad del Señor desborda la vida de David, de cada monarca, asegura una descendencia y un trono. La afirmación va más allá de una mera continuidad y establece una medida cósmica para la fidelidad del Señor y la duración del trono; véanse Sal 45,7; Is 55,3. 
Trasposición cristiana.
 Ya durante la economía antigua se leyó el salmo en clave mesiánica, y así lo han leído los cristianos. Parte del v. 21 se cita en Hch 13,22; 28b se cita en Ap 1,5. Más importantes son las relaciones temáticas: el título de Mesías, la unción, la relación Hijo / Padre, el título de primogénito (Rom 8,29; Col 1,15.18 Ap 1,5; Heb 1,6). Y para meditar el tema de la fidelidad, tenemos Rom 1,5.8; 2 Tim 2,11-13. 

Evangelio. Marcos 4,1-20.

(Mt 13,1-9; Lc 8,4-8)  


1De nuevo empezó a enseñar junto al mar. Se congregó alrededor de él una multitud grandísima; él entonces se subió a una barca y se quedó sentado, dentro del mar. Toda la multitud se quedó en la tierra, de cara al mar, 2y se puso a enseñarles muchas cosas con parábolas. En su enseñanza, les dijo:
3-¡Escuchad! Una vez salió el sembrador a sembrar. 4Sucedió que, en la siembra, algo cayó junto al camino; llegaron los pájaros y se lo comieron. 5Otra parte cayó en el terreno rocoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida, 6pero cuando salió el sol se abrasó y, por falta de raíz, se secó. 7Otra cayó entre las zarzas: brotaron las zarzas, la ahogaron, y no llegó a dar fruto. 8Otros granos cayeron en la tierra buena: a medida que brotaban y crecían fueron dando fruto, produciendo treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.
9Yañadió:
-¡Quien tenga oídos para oír, que escuche!  

Aparte de Jesús con sus seguidores (Mt 13,10-23; Lc 8,9-18)

  10Cuando se quedó a solas, los que estaban en torno a él )e preguntaron con los Doce la razón de usar parábolas.
11 El les dijo:
-A vosotros se os ha comunicado el secreto del reino de Dios; ellos, en cambio, los de fuera, todo eso lo van teniendo en parábolas, 12para que

por más que vean no perciban
y por más que escuchen no entiendan,
a menos que se conviertan y se les perdone (Is 6,9-10).

13Les dijo además:
 -¿No habéis entendido esa parábola? Entonces, ¿cómo vais a entender ninguna de las otras? 14El sembrador siembra el mensaje. Estos son «los de junto al camino»: aquellos donde se siembra el mensaje, pero, en cuanto lo escuchan llega Satanás y les quita el mensaje s embrado en ellos. 16Estos son «los que se siembran en terreno rocoso»: los que, cuando escuchan el mensaje en seguida lo aceptan con alegría, 17pero no echa raíces en ellos, son inconstantes: por eso, en cuanto surge una dificultad o persecución por el mensaje, fallan. 18Otros son «los que se siembran entre las zarzas»: éstos son los que escuchan el mensaje, 19pero las preocupaciones de este mundo la seducción de la riqueza y los deseos de todo lo demás van penetrando, ahogan el mensaje y se queda estéril. 20y ésos son «los que se han sembrado en la tierra buena»: los que siguen escuchando el mensaje, lo van haciendo suyo y van produciendo fruto: treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.
Explicación.

Jesús no se acobarda ante la oposición oficial y vuelve a enseñar en público. El mar, paso a los pueblos paganos (cf 1,16; 2,13; 3,7a). Mientras enseña a un grupo, se acerca una gran multitud, necesariamente de descontentos con el sistema, con el que Jesús ha roto públicamente, pero penetrada aún por la ideología del judaísmo (se congregó, cf 1,33). Jesús interrumpe su enseñanza, sube a una barca (no suya) y comienza de nuevo a enseñar, pero de otra manera, como había hablado a los letrados (3,23: comparaciones/parábolas). Tiene así en cuenta la ideología de la multitud, que ve en él un caudillo para su lucha contra el sistema injusto y capaz de liberar a Israel de la opresión. Comenzar por una exposición abierta del mensaje, basado en la entrega personal y en la constitución de una sociedad nueva y universal, la alejaría para siempre. La asimilación, si se produce, ha de ser lenta. La exhortación inicial: Escuchad (3), recuerda la llamada a Israel de Dt 6,4. El sembrador representa a Jesús. 

 Aparte de Jesús con sus seguidores. Aparecen los dos grupos: a) los Doce (= Israel mesiánico, cf. 3,13-19) Y b) los que estaban en torno a él (los seguidores no israelitas, cf. 3,32.34). Estos últimos se unen a los Doce para preguntar a Jesús el motivo de hablar en parábolas. Piensan que el mensaje es accesible a la multitud; no ven diferencia entre ellos y la gente (10). Jesús les indica la diferencia. El secreto del reino de Dios ha sido expuesto en 2,1-3,12: admisión de los paganos en el Reino, cancelación del pasado pecador y creación del hombre nuevo por la fe en Jesús (2,1-13, paralítico); nueva comunidad que integra lo mismo a los israelitas que a los excluidos de Israel: igualdad de todos los pueblos, cesando el privilegio de Israel (2,14-17, Leví, en la casa); alianza nueva que hace caducar las instituciones de Israel (2,18-22, el novio/esposo); el hombre nuevo, por encima de la Ley (2,23-28); norma suprema, el bien del hombre; arriesgar la vida por procurarlo; ruptura con la institución judía que inutiliza al hombre (3,1-7a); se excluye la liberación por la violencia (3,7b-12). Los seguidores de Jesús habrían debido comprender esto; los de fuera (únicos destinatarios de las parábolas) no pueden comprenderlo a menos que se conviertan (= den su adhesión a Jesús) y sean liberados de su pasado (11-12). A menos que (12), según la interpretación rabínica del dilemá targúmico.

No han entendido la parábola, porque no se esperaban que Jesús hablase de disposiciones interiores, sino de acción exterior (13). Los cuatro terrenos son cuatro disposiciones del hombre ante el mensaje: a) no lo deja penetrar (d. 10,46ss) (Satanás, la ideología/ambición de poder lo neutraliza y no deja huella); b) lo acepta superficialmente, sin compromiso serio (d. 14,27-31); c) no renuncia a la ambición de dinero (cf. 10,26); d) lo hace propio y da fruto (14-20).

LECTURAS DEL MARTES 28 DE ENERO DEL 2014.

Primera Lectura: 2 Samuel 6,12-15.17-19.

12Informaron a David:
-El Señor ha bendecido a la familia de Obededom y toda su hacienda en atención al arca de Dios.
Entonces fue David y llevó el arca de Dios desde la casa de Obededom a la Ciudad de David, haciendo fiesta. 13Cuando los portadores del arca del Señor avanzaron seis pasos, sacrificó un toro y un ternero cebado. 14E iba danzando ante el Señor con todo entusiasmo, vestido sólo con un roquete de lino. 15Así iban llevando David y los israelitas el arca del Señor entre vítores y al sonido de las trompetas. 17Metieron el arca del Señor y la instalaron en su sitio, en el centro de la tienda que David le había preparado. David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión al Señor, 18y cuando terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los ejércitos; 19luego repartió a todos, hombres y mujeres de la multitud israelita, un bollo de pan, una tajada de carne y un pastel de uvas pasas a cada uno. Después se marcharon todos, cada cual a su casa.

Explicación.

6,17 Esto indica que la tienda del desierto no se conserva. El Arca ha tenido una casa propia en Siló y casa prestada en otras poblaciones.

6,18-19 David oficia como sacerdote: Lv 9,22; Nm 6,22-27.

6,19 Hen 8,10-12.

Salmo. 24,7-10.

7 ¡Portones, alzad los dinteles!
que se alcen las antiguas compuertas:
que va a entrar el Rey de la Gloria.
8 -¿Quién es ese Rey de la Gloria?
-El Señor, héroe valeroso,
el Señor, héroe de la guerra.
9 -¡Portones, alzad los dinteles!
alzad las antiguas compuertas:
que va a entrar el Rey de la Gloria.
10 -¿Quién es el Rey de la Gloria?
-El Señor de los Ejércitos,
él es el Rey de la Gloria.
 

Explicación.

24,7-9 El segundo diálogo adopta un tono ritual y solemne. Emplea en clave dramática la imagen de unas puertas personificadas, que han de cumplir una orden. El Señor aparece como rey victorioso en la guerra.

24,7 2 Sm 6,13-15; Ez 43,4s.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.


1 Cor 10,26, cita el primer verso del salmo para justificar la libertad cristiana. La tradición antigua y la liturgia aplican el salmo a la ascensión de Jesucristo; algunos autories componen con la fantasía una escena celeste, con diálogo de ángeles. El cortejo se identifica con la comunidad cristiana. 

Evangelio. Marcos 3,31-35.

La nueva familia de Jesús
(Mt 12,46-50; Lc 8,19-21)

31Llegó su madre con sus hermanos y, quedándose fuera, lo mandaron llamar. 32Una multitud de gente estaba sentada en torno a él. Le dijeron:
-Oye, tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera.
33Él les contestó:
-¿ Quiénes son mi madre y mis hermanos?
34Y, paseando la mirada por los que estaban sentados en corro en torno a él, añadió:
-Mirad a mi madre y a mis hermanos. 35Cualquiera que cumpla el designio de Dios, ése es hermano mío y hermana y madre.

EXPLICACIÓN.

(3,31-35): En paralelo con los Doce, que estaban con Jesús en casa» (3,20), aparece el grupo de seguidores que no procede de la institución judía. Contraste entre la familia que se queda fuera y los que están sentados en torno a Jesús (= «estar con Jesús», cf 3,14, la adhesión incondicional y permanente). La madre, sin nombre, es figura del antiguo Israel, del que procede Jesús; los hermanos, de los judíos de su comarca. No se trata tanto de las personas como de mostrar la hostilidad hacia Jesús del ambiente donde se ha criado (31-32). La nueva familia, independiente de raza o pueblo. Única condición para pertenecer, cumplir el designo de Dios = dar la adhesión a Jesús (34-35; d. 2,5: la fe). Jesús no se considera vinculado a su pueblo (madre, hermanos), que rechaza el mensaje, sino a cualquier hombre que le dé su adhesión. 

LECTURAS DEL LUNES 27 DE ENERO DEL 2014.

Primera Lectura: 2 Samuel 5,1-7.10.

David, rey de Israel (1 Cr 11,1-3; Sal 78,70-72).

1Todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a decirle a David:
2-Aquí nos tienes. Somos de la misma sangre. Ya antes, cuando todavía era Saúl nuestro rey, tú eras el verdadero general de Israel. El Señor te dijo: "Tú pastorearás a mi pueblo, Israel; tú serás jefe de Israel".
3Fueron, pues, a Hebrón todos los concejales de Israel para visitar al rey. El rey David hizo un pacto con ellos, en Hebrón, ante el Señor, y ellos ungieron a David rey de Israel. 4Tenía treinta años cuando empezó a reinar, y reinó cuarenta años; 5en Hebrón reinó sobre Judá siete años y medio, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre Israel y Judá.

Conquista de Jerusalén (1 Cr 11,4-8; 14,1-7).

6El rey y sus hombres marcharon sobre Jerusalén, contra los jebuseos que habitaban el país.
Los jebuseos dijeron a David:
-No entrarás aquí. Te rechazarán los ciegos y los cojos. (Era una manera de decir que David no entraría).
7Pero David conquistó el alcázar de Sión, o sea, la llamada Ciudad de David.
10David iba creciendo en poderío y el Señor de los ejércitos estaba con él.

Explicación.

5,1-5 Eliminados Abner e Isbaal, David atrae todas las esperanzas. La oposición de Israel a Judá queda cubierta por un sentimiento más fuerte de hermandad. Lo que Abimelec decía a los de Siquén, para apoyar su candidatura real (Jue 9) lo confiesan a David las tribus. David no es un extrajnero impuesto, y podrá librar a los suyos del poder extranjero.

Un oráculo del Señor confirma la experiencia de años mejores. Este oráculo emplea  la tradicional imagen del jefe-pastor, que en el caso de David adquiere resonancias particulares (véase Sal 78,70-72).

El pacto entre rey y pueblo tiene algo de constitución: implica un juramento de lealtad mutua y contiene normalmente una serie de cláusulas. Los ancianos, como responsables de todo el pueblo, hacen de intermediarios en la unción.

Como vemos, David ha comenzado señalándose por sus cualidades en una serie de circunstancias militares, hacia fuera y hacia dentro; los acontecimientos muestran un día que David es el hombre que se necesita. Este modo de descubrir, reconocer, designar, es una elección de Dios. Los oráculos no son operaciones milagrosas. Es curioso que estos oráculos se recuerden más tarde, a la luz de los acontecimientos: 3,10 (Abner), 3,18 (Abner), 5,2.

5,7 La conquista de Jerusalén y su establecimiento como capital del reino sucedió ciertamente después de la victoria definitiva sobre los filisteos; probablemente después de otras campañas exteriores. El autor tiene mucho interés teológico en juntar la elección de David rey y la de Jerusalén capital. En adelante van a formar una fuerte unidad, como nueva elección del Señor y aranque de una nueva etapa histórica. En este sentido es justo poner los dos hechos juntos en el arranque de la narración. La intención teológica impera sobre la cronológica.

Salmo. 89,20-22.25-26.

20Un día hablaste en visión
declarando a tus leales:
«He ceñido la diadema a un valiente,
he exaltado a un soldado de la tropa».
21Encontré en David un siervo
y lo he ungido con óleo sagrado.
22Mi mano estará firme con él
y mi brazo lo hará esforzado. 
25Mi fidelidad y lealtad lo acompañarán,
en mi nombre se alzará su cuerno.
26Extenderé su izquierda hasta el Mar 
y su derecha hasta Los Ríos.

 Explicación.


89,20a Tanto 2 Sm 7,17 como la variante de 1 Cr 17,15 hablan de una visión que se comunica a David. "Leales": varios manuscritos leen en singular "leal": ¿Natán o David?
89,20b El primer complemento es de dudosa interpretación. a) Como "auxilio", referido a la pelea de David con Goliat. b) Como "mozo", referido a la preferencia de David sobre Saúl. e) Corregido en "diadema".
89,21 De la unción sagrada se sigue el título de Ungido.
89,22 "Esforzado": con frecuencia usado para jefes: Is 41,10; Sal 80,18. 
89,25 Dios le ofrece su propia escolta. El singular "cuerno" responde al plural del v. 18.
89,26 Límites del dominio de un soberano sobre reinos vasallos: 1 Re 5,1; Zac 9,10; Miq 7,11. 
Trasposición cristiana.
 Ya durante la economía antigua se leyó el salmo en clave mesiánica, y así lo han leído los cristianos. Parte del v. 21 se cita en Hch 13,22; 28b se cita en Ap 1,5. Más importantes son las relaciones temáticas: el título de Mesías, la unción, la relación Hijo / Padre, el título de primogénito (Rom 8,29; Col 1,15.18 Ap 1,5; Heb 1,6). Y para meditar el tema de la fidelidad, tenemos Rom 1,5.8; 2 Tim 2,11-13. 
Evangelio. Marcos 3,22-30.


Reacción oficial. Los letrados de Jerusalén. Respuesta de Jesús (Mt 12,22-32; Lc 11,14-23; 12,10)

22Los letrados que habían bajado de Jerusalén iban diciendo:
-Tiene dentro a Belcebú.
Y también:
-Expulsa los demonios con poder del jefe de los demonios.
23Él los convocó y, usando comparaciones, les dljo:
¿ Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? 24Si un reino se divide internamente, ese reino no puede seguir en pie; 25 y si una familia se divide internamente, no podrá esa familia seguir en pie. 26Entonces, si Satanás se ha levantado contra sí mismo y se ha dividido, no puede tenerse en pie, le ha llegado su fin.
27Pero no, nadie puede meterse en la casa del fuerte y saquear sus bienes si primero no ata al fuerte; entonces podrá saquear su casa.
28Os aseguro que todo se perdonará a los hombres, las ofensas y, en particular, los insultos, por muchos que sean; 29pero quien insulte al Espíritu Santo no tiene perdón jamás; no, es reo de una ofensa definitiva.
30Es que iban diciendo:
-Tiene dentro un espíritu inmundo. 

Explicación.

(3,22-30): También las autoridades centrales quieren neutralizar el peligro que representa Jesús para la institución. Unos letrados (maestros de la ideología oficial), llegados de Jerusalén, lo difaman, acusándolo de magia (ser agente del jefe de los demonios); afirman, por tanto, que liberar de la sumisión a la doctrina oficial (expulsar demonios), como hace Jesús, es un mal, y que Jesús es un enemigo de Dios (agente del diablo) (22). Aunque eludían el encuentro, Jesús los convoca, mostrando así su autoridad sobre los enemigos del reino de Dios (23). Les demuestra lo absurdo de su acusación: Satanás (figura del poder y de la ambición de poder) no dará nunca verdadera libertad al hombre, sería destruirse a sí mismo (24-26). Al rebatirles la acusación, muestra Jesús que son ellos los que están de parte de Satanás (el poder) y contra la libertad del hombre. El fuerte (27), figura satánica de poder, representa la institución judía; su casa, el ámbito de su dominio; Jesús pretende sacar al pueblo (sus bienes) del dominio de la institución, anulando el influjo de ésta (atar/o), ejercido mediante la doctrina. Afirmación solemne y grave: todo puede ser perdonado (28) excepto el insulto al Espíritu Santo (29), la mala fe, mostrada aquí al atribuir al espíritu inmundo (30) la liberación que efectúa el Espíritu de Dios (los letrados conocían bien la historia de Israel, que tuvo principio con la liberación de Egipto, y los escritos proféticos, d. Is 1,17; 58,6s; 61,1; J r 21,11 s; 22, 15s; Ez 34,2-4; Sal 72,4.12-14). 


LECTURAS DEL DOMINGO 26 DE ENERO DEL 2014.

Primera Lectura: Isaías 8,23b; 9:3.

Profecía mesiánica (2 Sm 7,8-16; Miq 5,1-3)

23b Si en otro tiempo humilló el país de Zabulón, y el país de Neftalí, en un futuro ensalzará el camino del mar, allende el Jordán, la comarca de los paganos.

91El pueblo que caminaba a oscuras 
vio una luz intensa,
los que habitaban un país de sombras
se inundaron de luz.
2Acreciste la alegría, aumentaste el gozo:
gozan en tu presencia, como se goza en la siega,
como se alegran los que se reparten el botín.
3Porque la vara del opresor, el yugo de sus cargas,
su bastón de mando
los trituraste como el día de Madián.

Explicación.

8,23b El horizonte abarca dos tribus septentrionales. El "camino del mar" une Egipto con Mesopotamia.

9,1 En la tiniebla, símbolo del caos y la muerte, surge repentina la luz como en una nueva creación.

9,3 El "día de Madián" es la victoria de Gedeón, cuando las antorchas brillaron en la noche espantando al enemigo (Jue 7).

Salmo 27,1-4.13-14.

 1 El Señor es mi luz y mi salvación:
¿a quién temeré?
el Señor es baluarte de mi vida:
¿de quién me asustaré?
2 Cuando me atacan los malhechores
para tragarme vivo,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
3 Si un ejército acampca contra mí,
mi corazón no teme;
si entran en batalla contra mí,
aun así yo confío.
4 Una cosa pido al Señor,
es lo que busco:
habitar en la casa del Señor
todos los días de mi vida;
contemplando la belleza del Señor,
observando su templo.

13 Yo en cambio espero gozar
de la dicha del Señor en el país de la vida.
14 -Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.


Explicación.

27, 1-4 La primera parte está dominada por la imagen bélica, que contagia cotros detalles; el templo, sin dejar de ser "cabaña y tienda", es roca defensiva. Sucede una doble elevación: el templo, refugio bélico provisorio, asciende a morada permanente, de edificio donde habitar a lugar donde estar con Dios. Asediado, el orante se esconde. En ese recinto pasa de la "observación" sensible a la "contemplación" espiritual. Allí supera los miedos que atenazan y se entrega al canto gozoso.

27,1 Los tres títulos de Dios son un programa. Luz: Sal 36,10: Salvación Sal 18,3.47; baluarte Sal 31,3.5. Sobre el temor: Jr 1,17; Is 51,12.

27,2 "Tragarme vivo": a la letra "comer la carne"; Is 9,19; 49,26.

27,4b Coincide conel final del Sal 23. Habitar vitaliciamente en el templo es privilegio de sacerdotes y levitas.

27,4c El templo material puede ser observado (Sal 48,13-15); la belleza del Señor se contempla en una experiencia espiritual.

27,13 "Yo en cambio": fórmula hebrea muy dudosa. Algunos lo toman como juramento. Hay que colocar el segundo hemistiquio en paralelo con 4c: en vez de belleza, bondad, en vez de templo, tierra de los vivos.

27,14 ¿Quién pronuncia las frases? - Un sacerdote, un profeta cúltico, o una voz interior. Siendo texto de repertorio, la asignación queda abierta.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

El tema de la confianza en Dios adquiere urgencia y validez renovadas por la revelación de la paternidad de Dios y la victoria de Cristo. Véase Jn 14,1s; 16,3; Lc 11,13; 1 Cor 1,3-5. 

Segunda Lectura. 1 Corintios 1,10-13.17.

10 Os ruego, sin embargo, hermanos, por el mismo Señor nuestro, Jesús Mesías, que os pongáis de acuerdo y no haya bandos entre vosotros, sino que forméis bloque con la misma mentalidad y el mismo parecer.
          11Es que he recibido informes, hermanos míos, por la gente de Cloe, de que hay discordias entre vosotros. 12Me refiero a eso que cada uno por vuestro lado andáis diciendo: "Yo estoy con Pablo, yo con Apolo, yo con Pedro, yo con Cristo". 13¿Está el Mesías dado en exclusiva?, ¿acaso crucificaron a Pablo por vosotros?, o ¿es que os  bautirzaron para vincularos a Pablo?
17Porque Cristo no me mandó a bautizar, sino a dar la buena noticia; y eso sin elocuencia, para que no pierda su eficacia la cruz del Mesías.

Explicación.

La conducta de los corintios presenta serias deficiencias. Pablo no les pide unanimidad, pero sí armonía en lo esencial; no que renuncien a opiniones particulares, sino al espíritu de bando (10). Cloe (11), persona de cierta posición, que tiene gente a su servicio. Cada bando escogía su líder. Apolo, cf. Hch 18,27s. Pedro/Cefas no consta que haya estado en Corinto. Los de Pablo son probablemente convertidos por él. Yo, con Cristo (12) podría ser una exclamación de Pablo para oponerse al partidismo (pero cf.2 Cor 10,7). Pablo no toma partido, sino que combate la división. Dado en exclusiva (13, "asignado" o "dividido", según los dos significados del verbo griego. Quizá cada uno concedía importancia al hecho de haber sido bautizado por determinado personaje o a haber sido recibido por determinado grupo. Por eso Pablo les recuerda que él casi nunca ha bautizado.
Un cristiano está vinculado a Jesús Mesías/Salvador, no a otros hombres. Sin elocuencia (17); los corintios daban demasiada importancia a lo externo. El evangelio no es primariamente un saber, sino una salvación.  

Evangelio. Mateo 4,12-23 o 4,12-17.

12 Al enterarse de que habían detenido a Juan, Jesús se retiró a Galilea.
13 Dejó Nazaret y se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en territorio de Zabulón y Neftalí.
14 Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías:


                  15 ¡País de Zabulón y país de Neftalí,
                       camino del mar, al otro lado del Jordán
                       Galilea de los paganos!
                  16 El pueblo que habitaba en tinieblas
                       vio una luz grande;
                       a los que habitaban en tierra y sombra de muerte
                       una luz les brilló (Is 8,2-9,1).


                 17 Desde entonces empezó Jesús a proclamar:
                 - Enmendaos, que está cerca el reinado de Dios.


18 Caminando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos: a Simón, el llamado Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando una red de mano en el mar, pues eran pescadores. 19 Les dijo:
                  - Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres.
                 20 Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
                 21 Pasando adelante vio a otros dos hermanos: a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en la barca poniendo a punto las redes, con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó.
                22 Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.


23 Jesús fue recorriendo Galilea entera, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la buena noticia del Reino y curando todo achaque y enfermedad del pueblo.

EXPLICACIÓN.

12 - 17.        Oposición a Juan y fin de su actividad. La misma proclama de Juan, pero ahora en boca de Jesús, resuena, no desde el desierto, sino en medio de la sociedad. Cafarnaún, capital judía de Galilea (Tiberíades, la residencia real, de costumbres paganas), puesta en relación con el antiguo reparto de la tierra (13: Zabulón y Neftalí). El texto profético habla de liberación; tinieblas, símbolo del caos e imagen de la muerte; luz, vida. Jesús es el liberador que se prepara a la acción. Su proclamación (17) recoge la del Bautista, pero no asocia a ella el bautismo o algún rito religioso, ni anuncia un juicio contra los que no la acepten. Este pregón inaugura su actividad con el pueblo.

 18 - 22.      Esta llamada es el paradigma de todas las demás en Mt. El mar/lago, frontera con los pueblos paganos y alusión al éxodo. La insistencia en el vínculo de hermandad (18.21) alude a Ez 47,13s, donde se anuncia el futuro reparto de la tierra a partes iguales ("cada uno como su hermano"): igualdad de todos sus seguidores. La invitación de Jesús (19) recuerda la llamada de Eliseo por parte de Elías (1 Re 19,19-21). Lo presenta como profeta e implica la comunicación de su Espíritu. Pescadores de hombres, cf. Ez 47,10. Jesús llama a una misión que pretenderá atraer a los hombres (judíos y paganos). Santiago y Juan, hermanos; presencia del padre, figura de la autoridad y de la tradición (21). En lo sucesivo no deberán reconocer más que al Padre del cielo (6,9; 23,9) (21-22).

23.  Comienzo de la doble actividad, de palabra y de obra, de Jesús: presenta una alternativa a la situación (el Reino). La variedad de enfermedades y la procedencia de los enfermos señalan el ofrecimiento de una salvación total y universal. Realidad de la salvación.

LECTURAS DEL SÁBADO 25 DE ENERO DEL 2014.

Primera Lectura: Hechos 22,3-16 o 9,1-22.

22,3-16.

  3 - Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad; como alumno de Gamaliel, me eduqué en todo el rigor de la Ley de nuestros padres, con tanto fervor religioso como vosotros ahora.
4 Yo perseguí a muerte este Camino, apresando y metiendo en la cárcel a hombres y mujeres;
5 y son testigos de todo esto el mismo sumo sacerdote y todo el senado. Ellos me dieron credenciales para nuestros hermanos, y fui a Damasco para traerme presos a Jerusalén a los que hubiese allí, para que los castigaran.
               6 Pero sucedió que en el viaje, al acercarme yo a Damasco, hacia mediodía, de repente una gran luz celeste me envolvió de claridad,
7 caí por tierra y oí una voz que decía: "Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?"
8 Yo pregunté "¿Quién eres, Señor? Me respondió: "Yo soy Jesús, el Nazoreo, a quién tú persigues".
9 Mis acompañantes vieron el resplandor, pero no comprendieron lo que decía el que me hablaba.
10 Yo pregunté: "Qué debo hacer, Señor?" El Señor me respondió: "Levántate, sigue hasta Damasco, y allí te explicarán la tarea que se te ha asignado".
11 Como yo no veía por el resplandor de aquella luz, los que estaban conmigo me llevaron de la mano hasta Damasco.
            12 Un tal Ananías, hombre devoto al modo de la Ley, recomendado por todos los judíos de la ciudad,
13 fue a verme, se puso a mi lado y me dijo: "Saúl, hermano, recobra la vista". Y yo, en aquel mismo momento, recobré la vista y lo vi.
14 Él me dijo: "El Dios de nuestros padres se destinó a que conocieras su designio, vieras al Justo y escucharas las palabras de su boca,
15 porque vas a ser su testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído.
16 Y ahora, ¿a qué esperas?: levántate, bautízate y lava tus pecados invocándolo a él".

Explicación.

La fórmula inicial tiene puntos de contacto con la usada por Esteban (7,2), pero, a diferencia de éste, cuyo discurso era una invectiva contra el judaísmo desviado (cf. 7,51-53), Pablo declara desde un principio que habla en su propia defensa (gr. apología) (22,1). Según Lc (materiales propios), Jesús había prevenido reiteradamente a sus discípulos de no hablar en defensa propia (Lc 12,11; 21,14: gr. apologeomai). Así lo comprendió Esteban, por cuya boca habló el Espíritu Santo, y no pudieron resistir a sus palabras (6,10, cf. Lc 12,12; 21,15).

                    Proclamación profética y apología personal son incompatibles; la primera es irresistible, sin que los adversarios puedan contradecirla ni hacerle frente (cf. 4,8-12.14; 5,29-32.33; 6,10; 7,2-53.54s); a la segunda se puede contestar y no obtiene resultado alguno.

                    Por segunda vez, ahora en público, Pablo confiesa su identidad: "Yo soy judío" (3a lit., "individuo judío", expresión de cariz particularista; cf. Lc 22,58). Recuerda a la multitud su estancia en Jerusalén de joven y sus estudios rabínicos bajo la dirección de Gamaliel, el mismo que defendió a los apóstoles en el Consejo (3c, cf. 5,34).

                    Después de haberse presentado, les recuerda su propia conversión; es la segunda vez que se narra (cf. 9,1-19), ahora por boca de Pablo mismo. La primera parte del relato (6-16) coincide exactamente con la primera versión, a excepción de la revelación que le comunica Ananías sobre su futura misión universal ("ante todos los hombres") /14s).

9,1-22.

  1 Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, fue a ver al sumo sacerdote
2 y le pidió credenciales para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a llevarse presos a Jerusalén a los que encontrase que seguían aquel Camino, lo mismo hombres que mujeres.
                     3 En el viaje, al acercarse a Damasco, de repente una luz celeste lo envolvió con claridad;
4 cayó a tierra y oyó una voz que le decía:
                    - ¡Saúl, Saúl!, ¿por qué me persigues?
                     5 Preguntó él:
                    - ¿Quién eres, Señor?
                    Respondió éste:
                    - Yo soy Jesús, a quién tu persigues.
6 Anda, levántate, entra en la ciudad y allí te dirán lo que tienes que hacer.
                   7 Sus compañeros de viaje se habían detenido mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie.
8 Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. De la mano lo llevaron hasta Damasco.
9 Estuvo tres días sin vista y sin comer ni beber.




  SAULO RECOBRA LA VISTA GRACIAS A ANANÍAS.


                 10 Había en Damasco cierto discípulo de nombre Ananías. El Señor lo llamó en una visión:
                 - ¡Ananías!
                 Respondió él:
                 - Aquí estoy, Señor.
                11 El Señor le dijo:
                - Ve en seguida a la calle que llaman Derecha y pregunta en casa de Judas por un tal Saulo de Tarso. Ahora está orando
12 y ha tenido una visión: que un individuo llamado Ananías entraba y le aplicaba las manos para que recobrase la vista.
                13 Ananías replicó:
                - Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus consagrados en Jerusalén;
14 y aquí tiene poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre.
               15 El Señor le repuso:
               - Anda, ve, que ese hombre es un instrumento elegido por mí par que lleve mi nombre delante de los paganos y de sus reyes, así como de los israelitas.
16 Yo le mostraré cuánto tiene que padecer por ese nombre mío.
               17 Partió Ananías y entró en aquella casa, le aplicó las manos y le dijo:
               - Hermano Saúl, el Señor me ha enviado, Jesús, el que se te apareció cuando venías por el camino, para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo.
               18 Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas y recobró la vista. Se levantó y lo bautizaron.
19 Luego tomó alimiento y le volvieron las fuerzas.


     SAULO PROCLAMA QUE JESÚS ES EL MESÍAS.


                Pasó unos días con los discípulos de Damasco,
20 y muy pronto se puso a predicar en las sinagogas sobre Jesús, afirmando que éste es el Hijo de Dios.
21 Todos los oyentes quedaban pasmados y comentaban:
                - ¿No es éste el que se ensañaba en Jerusalén contra los que invocan ese nombre?, y ¿no había venido aquí precisamente para llevarlos presos a los sumos sacerdotes?
               22 Pero Saulo se crecía y confutaba a los judíos que residían en Damasco, demostrando que Jesús es el Mesías.

Explicación.

 La conversión de Saulo ocupa el centro del tríptico. También esta secuencia consta de tres cuadros. El primer cuadro enlaza con el intento de Saulo de suprimir a la iglesia helenista (8,3), ampliando su radio de acción a las sinagogas de la diáspora (1s).

                    La primera fase de la conversión de Saulo tiene lugar en el camino de Damasco: primero ve una luz cegadora, experiencia visual (2, cf. 22,6; 26,13); luego escucha la voz de Jesús, experiencia auditiva, que lo llama en arameo por su nombre ("Saúl" persigue a "Jesús", su hermano, que se identifica con los perseguidos) y lo invita a levantarse de su postración (la "caída" de Saulo manifiesta externamente el derrumbamiento que se ha producido en su interior) y a ponerse en contacto con la comunidad de Damasco (4-6, cf. 22,7s.10; 26,14-16a).

                   Los acompañantes oyen ruido de voces, pero no perciben diálogo alguno ni distinguen a nadie (7, cf. 22,9; 26,13). Saulo, por su parte, ha quedado "cegado" por la revelación que le ha hecho el Señor (8a, cf. 22,11a), de cuyo contenido sólo se enterará el lector cuando Pablo tome conciencia plena de su misión (comp. 26,16-18; 22,17-21 con el enunciado escueto del v.6); al resistirle a aceptarla, la luz celeste lo ha dejado ciego; no así a sus acompañtes, quienes, según la versión dada más tarde por Pablo mismo, vieron la luz (cf. 22,9) lo mismo que él (26,13) y lo han de llevar de la mano hasta Damasco (8b, cf. 22,11b). Los "tres días" sin comer ni beber simbolizan el estado de muerte en que se encuentra (9).

                   Segundo cuadro: Da comienzo con la presentación de un personaje que representa a los discípulos helenistas de la diáspora (10a). Ananías tiene una visión del Señor, invitándolo a ponerse en contacto con Saulo, pues lo está aguardando (10b-12). El breve forcejeo con el Señor sirve para subrayar el fanatismo a ultranza del perseguidor (13s) y la calidad del futuro apóstol (15s).

                  La misión de Ananías es doble: vencer la resistencia de Saulo a aceptar a Jesús como el Mesías fracasado ante los judíos y que ha inaugurado el reinado universal de Dios ("para que recobres la vista") y bautizarlo con Espíritu Santo ("para que te llenes de Espíritu Santo") (17).

                 Saulo recobra la vista y es bautizado con agua (18; cf.22, 13-16). No se dice que haya recibido la fuerza del Espíritu, pero sí que va recobrando fuerzas (19a). La clave para entender este principio de conversión de Saulo (la conversión plena y definitiva tendrá lugar, como se verá, al final de Hch) reside en el tema "no ver/recobrar la vista", tema que ha aflorado ya en Lc 7,22; 18,31-34 y que reaparecerá en Hch 13,11, donde se podrá apreciar una serie de referencias a la presente escena.

                 Tercer cuadro: En Damasco, Saulo se dedica a predicar a los judíos que Jesús es el Hijo de Dios (20), el Mesías (22). Extrañeza de los oyentes (21). Saulo sigue fortaleciéndose (22).

Salmo 117,1-2.

(Rom 15,11)

1 Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.
2porque la lealtad del Señor

puede más que nosotros

y la fidelidad del Señor es perpetua.
117 El salmo más breve del salterio. Un himno completo. Algunos han preguntado si era una antífona aplicable a otros salmos, o el esquema para un desarrollo libre. Un dato es llamativo: la motivación es nacional, "nosotros", la invitación es universal. ¿Es legítima y convincente la invitación? Pablo lo cita en Rom 15,11 para subrayar el alcance universal del mensaje evangélico.

Marcos 16,15-18.

15 Y añadió:
-Id por el mundo entero proclamando la buena noticia a toda la humanidad. 16El que crea y se bautice, se salvará; el que se niegue a creer, se condenará. 17A los que crean, los acompañarán estas señales: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, 18cogerán serpientes en la mano y, si beben algún veneno, no les hará daño; aplicarán las manos a los enfermos y quedarán sanos.

Explicación.

  UN FINAL AÑADIDO AL EVANGELIO DE MARCOS. (Sin comentarios).

LECTURAS DEL VIERNES 24 DE ENERO DEL 2014.

Primera Lectura: 1 Samuel 24,3-21.

Saúl y David, en la cueva.

3Entonces Saúl, con tres mil soldados de todo Israel, marchó en busca de David y su gente, hacia las Surê Hayelim*; 4llegó a unos apriscos de ovejas junto al camino, donde había una cueva, y entró a hacer sus necesidades.
David y los suyos estaban en lo más hondo de la cueva*, 5ªy le dijeron a David sus hombres:
-Este es el día del que te dijo el Señor: "Yo te entrego tu enemigo. Haz con él lo que quieras".
7Pero él les respondió:
-¡Dios me libre de hacer eso a mi señor, el ungido del Señor, extender la mano contra él! ¡Es el ungido del Señor!
8ª Y les prohibió enérgicamente echarse contra Saúl; 5b pero él se levantó sin meter ruido y le cortó a Saúl el borde del manto; 6aunque más tarde le remordió la conciencia por haberle cortado a Saúl el borde del manto. 
8b Cuando Saúl se levantó salió de la cueva y siguió su camino, 9David se levantó, salió de la cueva detrás de Saúl y le gritó:
-¡Majestad!
Saúl se volvió a ver, y David se postró rostro en tierra, rindiéndole vasallaje. 10Le dijo:
-¿Por qué haces caso a lo que dice la gente, que David anda buscando tu ruina? 11Mira, lo estás viendo hoy con tus propios ojos: el Señor te había puesto en mi poder dentro de la cueva; me dijeron que te matara, pero te respeté, y dije que no extendería la mano contra mi señor, porque eres el ungido del Señor. 12Padre mío, mira en mi mano el borde de tu manto; si te corté el borde del manto y no te maté, ya ves que mis manos no están manchadas de maldad, ni de traición, ni de ofensa contra ti, mientras que tú me acechas para matarme. 13Que el Señor sea nuestro juez. Y que él me vengue de ti; que mi mano no se alzará contra ti.
14Como dice el viejo refrán: "La maldad sale de los malos...", mi mano se alzará contra ti. 15¿Tras de quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién vas persiguiendo? ¡A un perro muerto, a una pulga! 16El Señor sea juez y sentencie nuestro pleito, vea y defienda mi causa, librándome de tu mano.
17Cuando David terminó de decir esto a Saúl, Saúl exclamó:
-Pero ¿es ésta tu voz, David, hijo mío?
18Luego levantó la voz llorando, mientras decía a David:
-¡Tú eres inocente y no yo! Porque tú me has pagado con bienes y yo te he pagado con males, 19y hoy me has hecho el favor más grande, pues el Señor me entregó a ti y tú no me mataste. 20Porque si uno encuentra a su enemigo, ¿lo deja marchar por las buenas? ¡El Señor te pague lo que hoy has hecho conmigo! 21Ahora, mira, sé que tú serás rey y que el reino de Israel se consolidará en tu mano.

Explicación.

24,3 Es una leva de todo Israel, porque el asunto concierne a todo el pueblo, no sólo a las tribus de Benjamín (Saúl) y Judá (David).

24,3* = Peña de los Rebecos.

24,4 Seguimos en paisaje animal: chivo, rebecos, ovejas; sitio ventajoso para el pastor David. Nos parece escuchar una risa contenida del autor al presentar a Saúl inerme, agachado en una cueva.

*Del v.5 al v.9 el orden está alterado.

24,5-8 Los compañeros parecen citar un oráculo en favor de David, aplicándolo al momento presente; él corrige el sentido, porque en la lista de los enemigos no puede entrar el rey, que por la unción es sagrado e intocable. La mirada prospectiva al futuro remordimiento da a la narración un carácter de recuerdo personal, con un esbozo de análisis psicológico.

24,7 1 Sm 9,16.

24,10-16 El discurso de David tiene carácter judicial de rib o pleito bilateral, con apelación última a Dios juez. David y Saúl están en relación mutua de vasallo y soberano y también de parientes: el título "padre mío" cubre ambos aspectos.

En esa relación, que ha de ser de justicia y lealtad, David ha demostrado que él cumple su deber; el borde del manto es una prueba judicial. Por tanto, la persecución de Saúl no tiene justificación, es una ruptura arbitraria e injusta de los compromisos. David ha ganado el pleito obrando con generosidad (San Pablo aconsejará: "Vence el mal a fuerza de bien" Rom 12-21). Esta evidencia basta para rebatir el falso testimonio de otros. Mientras "maldad" es genérico, "traición y ofensa" son delitos específicos. La venganza que invoca David es un acto de la justicia vindicativa: él puede acusar a Saúl y probar la acusación, no tiene derecho a condenar ni a ejecutar la sentencia.

El texto de la parte final es muy rítmico. El contraste "rey de Israel", "perro muerto, pulga" quiere mostrar lo absurdo de la situación; pero no va de acuerdo conel canto de las mozas: "Saúl a mil, David a diez mil". La invocación final completa el proceso: en principio Saúl tendría autoridad para juzgar, sentenciar y ejecutar a un súbdito; apelando al Señor, David sustrae su causa a la competencia del rey, queda exento de una posible causa criminal. Y como el Señor defiende la causa del perseguido, Saúl entra en pleito perdido con el Señor.

24,13 Jr 20,12

24,17-22 Dice el proverbio: "Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber; así le sacarás los colores" (Prov 25,21-22) Saúl reconoce lo justo del planteamiento y las razones del adversario. Saúl comienza a hablar bajo el choque de sentir que ha estado a un paso de la muerte; su llanto es mezcla de terror y arrepentimiento. Al reconocerse culpable, la causa está terminada, y no hace falta apelar al Señor juez; mejor invocar al Señor benefactor, que igualará con sus beneficios el desequilibrio de mal y bien causado por el rey. Saúl, que se ha librado de la venganza de David, quiere librarse también de la temible venganza de Dios; para ello invoca al Señor a favor de su rival y pide a éste un juramento que contrarreste la apelación del v.14.

El autor va más lejos y aprovecha el momento para poner en boca de Saúl un acto de homenaje anticipado al futuro rey de Israel; lo decía Jonatán en 22,17. El juramento de David incluye mentalmente a su amigo Jonatán.

24,18 Gn 38,26; Prov 25,22.

24,23 Los dos se separan. David no es invitado ni vuelve a la corte. Para el autor es sólo una tregua, que va a llenar con un episodio menos dramático.

Salmo 57,2-4.6.11

2Piedad, oh Dios, piedad,
que yo me refugio en ti;
a la sombra de tus alas me refugio
hasta que pase la calamidad.
3Invoco al Dios Altísimo,

a Dios que me completa sus favores.
4Que envíe desde el cielo a salvarme
frustrando la avidez de mis contrarios;
que envíe Dios su lealtad y fidelidad. 

6iÁlzate sobre el cielo, oh Dios,
y llene la tierra tu gloria!  

11por tu lealtad, que llega hasta el cielo,
por tu fidelidad, que alcanza las nubes. 


Explicación.



57,2 Se acoge al asilo del templo: Sal 17,8; 36,8.

57,3 "Completa": no deja las cosas a medio hacer: Sal 138,8.

57,4 "Frustrando": corrigiendo una consonante del hebreo; a la letra sería "injuria". "Avidez": véase la nota a 56,2s. 

57,11 Se puede leer siguiendo la imagen: tras la aurora, rayos solares hacen subir la luz hasta las nubes, antes de que aparezca el sol. En esta lectura, lealtad y fidelidad son irradiación de Dios, rayos solares enviados antes de su manifestación plena y gloriosa. 
 
Trasposición cristiana.

El cántico de Zacarías anuncia la salvación como sol que nace: Lc 1,78. En el acostarse y levantarse leen los antiguos un símbolo de la muerte y resurrección del Mesías. Algunos himnos litúrgicos matutinos explotan la simbología del amanecer.

Evangelio. Marcos 3, 13-19

(Lc 6,12-16)


 13Subió al monte, convocó a los que él quería y se acercaron a él. 14Entonces constituyó a doce, para que estuviesen con él y para enviados a predicar, 15con autoridad para expulsar a los demonios.
16Así constituyó a los Doce: a Simón le puso de sobrenombre «Pedro»; 17a Santiago de Zebedeo y a Juan su hermano y a éstos les puso de sobrenombre «Boanerges», es decir «Truenos», 18 a Andrés y Felipe, a Bartolomé y Mateo, a Tomás y Santiago de Alfeo, a Tadeo y Simón el fanático 19y a Judas Iscariote, el mismo que lo entrego.

EXPLICACIÓN.

13-19. Puente entre la primera y la segunda sección: El monte, determinado, símbolo de la esfera divina en contacto con la humana (en
oposición al monte Sión, lugar del templo). La escena cumple la profecía de JI 3,5 LXX, donde se anunciaba que Dios convocaría al ,resto de Israel para enviarlos como portadores de buenas noticias: Jesús ejerce de nuevo una función divina. A los que el quena, amor a Israel, representado por los israelitas que han respondido a su llamada. La respuesta (se acercaron a él) significa la adhesión a Jesús y, al mismo tiempo, el alejamiento de la institución judía, con la que Jesús ha roto (cf 3,1-7a). (13)  Constituyó a doce, creación del Israel mesiánico y escatológico [alusión a las doce tribus). Estar con Jesús, prestar adhesión incondicional a su persona y mensaje; enviar/os, misión universal: Israel al servicio de la humanidad. (14). De nuevo la conexión entre proclamación y expulsión de demonios (= ideologías contrarias al plan de Dios, cf. 1,39) (15). La lista de los Doce comienza por los antes llamados (1,16-21a): para formar parte del  Israel mesiánico hay que haber optado por seguir a Jesús. La lista no incluye a Leví, porque éste, cuando fue llamado por Jesús y lo siguió (2,14), estaba excluido de Israel por su condición de «pecador/descreído» (2,15).

Tres grupos en la lista: a) Los que reciben un sobrenombre: Simón Pedro/Piedra, indicando su, obstinación (8,32s; 9,5; 10,28; 14,27-31) que lo llevará hasta negar a Jesús (14,66-72). Truenos, por su espíritu autoritario (cf 9,38), unido a Ia ambición de poder (d. 10,35-37). b) El grupo encabezado por Andrés (separado de Simón Pedro, de quien ya no se le llama hermano); ninguno de ellos, excepto Andrés (cf 13,3), volverá a ser mencionado en el Evangelio por su nombre; representan a los israelitas, anónimos que han dado su adhesión a Jesús;  el último del grupo, Simón (como el primero), es un fanático o zelota, en la misma línea de Simón Pedro ,(cf. 1,29-31) (18). c) Judas Iscariote, el traidor, representa al pueblo judío (judas - Judea - judío), es decir, a la parte de Israel que pedirá la muerte de Jesús (15,11-15) (19). La constitución del Israel mesiánico consuma la ruptura de Jesús con el sistema judío; significa que el antiguo Israel ha dejado de ser pueblo escogido y destinatario de las promesas. .