viernes, junio 01, 2012

30 DE JUNIO DEL 2012.


Primera Lectura: Lamentaciones 2, 2. 10-14. 18-19

2El Señor destruyó sin compasión todas las moradas de Jacob,
con su indignación demolió las plazas fuertes de Judá,
derribó por tierra, deshonrados, al rey y a los príncipes. 
10Los ancianos de Sión se sientan en el suelo silenciosos,
se echan polvo en la cabeza y se visten de sayal;
las doncellas de Jerusalén humillan hasta el suelo la cabeza.
11 Se consumen en lágrimas mis ojos, de amargura mis entrañas,
se derrama por tierra mi hiel,
por la ruina de la capital de mi pueblo,
muchachos y niños de pecho desfallecen por las calles de la ciudad.
12Preguntaban a sus madres: ¿dónde hay pan y vino?,
mientras desfallecían, como los heridos,
por las calles de la ciudad,
mientras expiraban en brazos de sus madres.
13¿Quién se te iguala, quién se te asemeja, ciudad de Jerusalén?,
¿a quién te compararé, para consolarte, Sión, la doncella?
Inmensa como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá curarte?
14Tus profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas;
y no te denunciaban tus culpas para cambiar tu suerte,
sino que te anunciaban visiones falsas y seductoras. 
18Grita con toda el alma al Señor; laméntate, Sión,
derrama torrentes de lágrimas, de día y de noche,
no te concedas reposo, no descansen tus ojos.
19Levántate y grita de noche, al relevo de la guardia,
derrama como agua tu corazón en presencia del Señor,
levanta hacia él las manos, por la vida de tus niños
(desfallecidos de hambre en las encrucijadas):

EXPLICACIÓN.

2,2 Sin compasión: Ez 9,5.10. Demolió: Sal 79,13. Profanó: Is 43,28. La humillación del rey, dado su carácter sagrado, es una profanación; es decir, Dios mismo rechaza la consagración y deja que lo traten como a un cualquiera.
2,10 Gestos de duelo: pueden verse Job 2,8.12; Is 3,2s; 47,1; Ez 27,30; Jr 4,8, etc. La tierra (suelo) como plano de humillación recurre en el capítulo: 1 b.2c.9a.1 Oac.11 b. 21 a.

2,11 Job 16,14.

2,12 Es una de las escenas más patéticas de la serie.

2,13 El poeta busca en vano comparaciones: ¿aliviará el dolor el sentirse en compañía de otros que sufren? Aun ese consuelo menguado es imposible. El mar como imagen de inmensidad: Is 11,9.
2,14 En esta estrofa se adensa el recuerdo de Jeremías: su polémica con los falsos profetas (5,31; 23,13-32; 27-28; 29,8-9), la referencia a los oráculos (23,33-40), su expresión "cambiar la suerte" (32,44-33,7). Lo que no lograron hacer los profetas lo quiere conseguir el poeta conduciendo al pueblo por el llanto a la conversión.
2,18 El texto hebreo del primer verso es dudoso; admitimos las correcciones comúnmente aceptadas. Para valorar la imagen hay que tener en cuenta que en hebreo la misma palabra significa ojo y fuente. Véanse Sal 77, 3 y 42,4, también Jr 13,17; 14,17. Pupila (= niña): "niña del ojo", como en hebreo.

2,19 La visión de los hijos en brazos de las madres conduce a la imagen de la ciudad como madre que ha de interceder por sus hijos. Un verso advenedizo se ha introducido al final de la estrofa: "desfallecidos de hambre en los cruces de las calles".

Salmo Responsorial: 74 (73)
(Sal 76; Lam 2; Eclo 36,1-22) 

1 ¿Por qué, oh Dios, nos tienes abandonados
y humea tu cólera contra las ovejas de tu rebaño?
                   2Acuérdate de la comunidad que fundaste antaño,
que rescataste como tribu de tu propiedad
                   del Monte Sión donde habitabas.
3Dirige tus pasos a estas ruinas perpetuas,
a todo el destrozo del enemigo en el santuario.  
4Rugían los agresores en medio de tu asamblea,
                   plantaron como señal sus estandartes.
                   5Apareció como quien se abre paso a hachazos
                   hacia arriba en la espesura;
6arrancaron todos los relieves,
los trituraron con martillos y mazas;
                   7prendieron fuego a tu santuario,
profanaron por tierra la morada de tu nombre. 
20Fíjate en la alianza: que están llenos
los escondrijos del país de reductos de violencia.
21Que el oprimido no salga defraudado,
que pobres y afligidos puedan alabar tu nombre.  

EXPLICACIÓN.

74,1-2 Establecen la tonalidad de la pieza. La pregunta es mezcla de estupor y reproche. Estupor por la nueva imagen del Señor, que no concuerda con la antigua. Reproche porque no es justo deshacer lo hecho, rechazar lo elegido, repudiar lo rescatado, consagrar una morada y dejarla profanar. 

74,1 El incendio de la "cólera humea": Is 65.5.

74,2 "Fundar" o adquirir: Ex 15,16; Dt 32,6. 

74,3-9 El Señor, como un soberano distraído u olvidadizo, es invitado a inspeccionar personalmente el templo en ruinas: no son recientes, ahí están hace tiempo, y el dueño sin darse por enterado. El orante se ofrece de guía y, con las ruinas a la vista, le cuenta o describe a Dios lo que pasó. El guía se atreve incluso a leer los pensamientos de los devastadores. 

74,4 En plena ceremonia litúrgica resuena el "rugido" del enemigo, como de una fiera que aterroriza a los presentes. Plantan sus "estandartes" como señales de victoria.

74,5-6 El texto es muy difícil. Es la escena de una soldadesca ebria de venganza y destrucción. Yo lo imagino así: se abren camino a hachazos por el magnífico templo como si fuera por la fraga o la breña. Otros imaginan un entramado artificioso y decorativo, en el cual se ensañan. 

74,7 Todo acaba con el incendio. El edificio sagrado queda profanado. Como fondo habría que recordar los trabajos de construcción del templo, 1 Re 7; véanse también Lam 3,11; Is 64,10.

74,20 La "alianza" sigue en vigor; el texto no ha perecido en el incendio del templo. El segundo hemistiquio es dudoso; procuro mantener el texto hebreo. 

Trasposición cristiana.

La clave de trasposición consiste en tomar el templo como símbolo de la Iglesia, perseguida a través de los siglos. A través de ella se persigue la causa del Señor glorificado. A veces el pueblo cristiano no descubre las señales de la presencia de Dios, no oye la voz unívoca de un profeta acreditado. La respuesta permanente es el templo del cuerpo, muerto y resucitado.

Evangelio: Mateo 8, 5-17

  5 Al entrar en Cafarnaún se le acercó un centurión 
6 rogándole:
                    - Señor, mi criado está echado en casa con parálisis, sufriendo terriblemente.
                   7 Jesús le contestó:
                   - Voy yo a curarlo.
                   8 El centurión le replicó:
                   - Señor, yo no soy quien para que entres bajo mi techo, pero basta una palabra tuya para que mi criado se cure.
9 Porque yo, que estoy bajo la autoridad de otros, tengo soldados a mis órdenes, y si le dijo a uno que se vaya, se va; o a otro que venga, viene; y si le dijo a mi siervo que haga algo, lo hace.
                  10 Al oír esto, Jesús dijo admirado a los que lo seguían:
                   - Os aseguro que en ningún israelita he encontrado tanta fe.
11 Os digo que vendrán muchos de Oriente y Occidente a sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de Dios;
12 en cambio, a los destinados al reino los echarán afuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
                  13 Y al centurión le dijo:
                  - Vete; lo que has creído, que se te cumpla.
                  Y en aquel momento se puso bueno el criado.
14 Al llegar Jesús a casa de Pedro encontró a la suegra echada con fiebre, 
15 le tocó la mano y se le pasó la fiebre; ella se levantó y se puso a servirle.
                   16 Al anochecer le llevaron muchos endemoniados; con su palabra expulsó a los espíritus y curó a todos los enfermos,
17 para que se cumpliese lo que dijo el profeta Isaías:

                   El cogió nuestras dolencias
                   y quitó nuestras enfermedades. (Is 53,4).

EXPLICACIÓN.

5 - 13.         Vuelta a Cafarnaún (4,13). El pagano es también religiosamente impuro. La salvación es universal, no reconoce fronteras entre hombres o pueblos. No hay acción de Jesús con el enfermo, sólo palabra: alusión al mensaje que será predicado entre los paganos después de su muerte-resurrección. Contraste con la poca fe de Israel (11-12). El banquete, símbolo del reino de Dios. Los paganos se incorporan al Israel mesiánico.
14 - 17.    La fiebre, que impide el servicio/colaboración con Jesús, está en relación con el fuego (3,10.11.12; Eclo 48,1.3.9). La suegra representaa, pues, al grupo con el que Pedro se ha vinculado y que profesa la concepción mesiánica del Bautista, la del Mesías juez que castigará a malvados y pecadores. Jesús intenta liberar a Pedro. Para la misión pagana el discípulo tiene que estar libre de su mentalidad nacionalista violenta. Fuerza de la palabra de Jesús (16). Mt adapta el texto del profeta.

29 DE JUNIO DEL 2012.


Primera Lectura: Hechos 12,1-11

 1 En aquella ocasión el rey Herodes echó mano a algunos miembros de la comunidad para ensañarse con ellos.
2 Hizo pasar a cuchillo a Santiago, el hermano de Juan.
3 Viendo que esto agradaba a los judíos, procedió a detener también a Pedro. Eran los días de la fiesta de los Ázimos.
4 Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando de vigilarlo a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno: tenía intención de hacerlo comparecer ante el pueblo pasadas las fiestas de Pascua.
  5 Mientras Pedro era custodiado en la cárcel, la comunidad oraba a Dios insistentemente por él. 
6 Cuando Herodes iba a hacerlo comparecer, aquella noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas, y centinelas hacían guardia a la guerra de la cárcel.
                  7 En esto se presentó el ángel del Señor, y una luz brilló en la celda. Golpeándolo en el costado, despertó a Pedro y le dijo:
                  - Date prisa, levántate.
                  Se le cayeron las cadenas de las manos,
8 y el ángel añadió:
                  - Ponte el cinturón y cálzate las sandalias.
                  Así lo hizo, y el ángel le dijo:
                  - Échate el manto y sígueme.
                  9 Salió y se puso a seguirlo, sin saber si lo que hacía el ángel era real; más bien creía ver una visión.
10 Atravesaron la primera y la segunda guardia y llegaron al portón de hierro que daba salida a la ciudad, y se les abrió por sí solo. Salieron y, en cuanto llegaron al final de la calle, el ángel se separó de él.
                   11 Al tomar conciencia de lo sucedido, dijo Pedro:
                    - Ahora sé realmente que el Señor ha enviado a su angel para librarme de las manos de Herodes y de toda la expectación del pueblo judío.

EXPLICACIÓN.

 1 - 4. La aceptación de una colecta procedente de grupos extranjeros no judíos provoca un cambio radical de actitud en el rey Herodes respecto a la iglesia de Jerusalén (1). Herodes Agripa I reinó en Judea y Samaría los años 41-44 d.C. Consciente de la susceptabilidad nacional y religiosa de los judíos, primero tantea el ambiente haciendo degollar a Santiago, hermano de Juan, primer mártir del grupo apostólico (2); el respaldo del pueblo judío le da alas para hacer encarcelar a Pedro, representante de una iglesia que, por haber aceptado ayuda de paganos, ha perdido las simpatías del pueblo (3a, cf. 5,13.26).

                 La persecución afecta de lleno a los apóstoles. Lc precisa por partida doble que tiene lugar durante las fiestas de Pascua (3b-4). La construcción de esta secuencia se inspira en la escena del Ev. en que el tetrarca Herodes decidió acabar con el Bautista (Lc 3,19s): 1) el tetrarca/rey Herodes; 2) maldades/saña; 3) ulterior propósito de dar remate a estas fechorías; 4) encarcelamiento; 5) mención de Juan Bautista/apóstol, etc.
5-11.     La liberación de Pedro de la prisión equivale a su éxodo personal, según se desprende de los numerosos paralelos con el relato del Éxodo (Éx 12): "aquella noche" (6) o noche de Pascua (4), el ángel del Señor (7, cf. Éx 23,20), los ázimos (3), el ponerse el cinturón y las sandalias (8), la salida precipitada (9s). Se distinguen tres etapas: liberación sin que Pedro tenga conciencia de ello (7-9); cuádruple travesía (primera, segunda guardia, puerta de hierro, primera calle) de la mano del ángel (19); toma de conciencia de Pedro una vez que éste se ha apartado de él (10d-11).

                       Pedro se da cuenta de que el Señor Jesús no sólo lo ha liberado de las manos de Herodes (figura del Faraón), sino también de "toda la expectación del pueblo de los judíos" (11). El sentido de la frase no se limita a la circunstancia histórica; la "expectación"  no es solamente la de su muerte, sino principalmente la expectación mesiánica de Israel, de la que él había participado hasta ese momento (cf. 3,20s); la expresión "pueblo de los judíos" (11), insólita en boca de Pedro, marca una distancia; Pedro ya no se considera miembro de ese pueblo. Se ha completado su conversión (cf. Lc 22,32), ha renunciado a los ideales mesiánicos nacionalistas que le impedían comprender el mensaje universal de Jesús.

Salmo Responsorial: 34 (33)

2 Bendigo al Señor en todo momento,
                   su alabanza está siempre en mi boca.
                   3 Yo me glorío del Señor:
                   que lo escuchen los humildes y se alegren.
                   4 Engrandeced conmigo al Señor,
                   ensalcemos junto su nombre.
                   5 Consulté al Señor y me respondió
                   librándome de todas mis ansias.
                   6 Contempladlo y quedaréis radiantes,
                   vuestro rostro no se sonrojará.
                   7 Este pobre clamó y el Señor le escuchó,
                   lo salvó de todos sus peligros.
                   8 El ángel del Señor acampa
                   en torno a sus fieles protegiéndolos.
                   9 Gustad y apreciad que bueno es el Señor:
                   dichoso el varón que se acoge a él


EXPLICACIÓN.

34,2 "En todo momento": varias veces insiste el orante en la totalidad: 5.7.18.20.21.

34,3 El hombre no debe gloriarse de méritos propios; su orgullo es el Señor su Dios: Jr 9,22s. Lo cual es otra forma de alabanza. Si los marginados pueden alegrarse de la experiencia del orante, es que él no es ajeno a la categoría.

34,4 "Engrandecer" es reconocer la grandeza, como enaltecer es reconocer la sublimidad. Dos dimensiones humanas o cósmicas se proyectan hacia Dios.

34,5 Consulta del hombre y oráculo de respuesta son práctica religiosa común: véase p.ej: el caso de Raquel en Gn 25. La respuesta divina serena, tranquiliza.

34,6 Éste es el verso más importante del salmo. Leo imperativo con versiones antiguas. "Radiante" como Is 60,5; "sonrojarse" o quedar sombrío, como Is 24,23; Jr 15,9 o Miq 3,7. Con vocabulario diverso, creo que la invitación apunta a tres momentos de la vida de Moisés: en la vocación (Éx 3,6), en los encuentros personales con el Señor (Éx 33,8 y 34,29-33), cuando volvía radiante. El privilegio de Moisés se ofrece hoy a cualquiera: quien "contemple" a Dios, en el templo o en la oración, saldrá "radiante", no estará "sombrío" por el fracaso. Se podría tomar este verso como lema de la oración contemplativa.

34,7 Simple secuencia personalizada: clamar - escuchar - salvar.

34,8 "Acampar protegiendo" puede pertenecer al lenguaje militar. Implica que el "ángel del Señor", como capitán, dispone un escuadrón que rodea. Resuenan relatos de Éx y Nm.

34,9-11 Creo encontrar cierta coherencia temática en estos tres versos: "gustar y pasar hambre", "carestía y bienes". Propongo una hipótesis de lectura: aun cuando "ricos y poderosos" (corregido) "pasen hambre", los "fieles consagrados" al Señor "no carecerán de nada"; más aún, participando en el banquete sagrado "gustarán la bondad del Señor". Los versos invierten el orden cronológico, y cabe una lectura más genérica.

34,9 Es un caso de "aplicación de sentidos". Los sentidos corporales se toman como símbolo de experiencia espiritual. Se selecciona la inmediatez no discursiva y la duración pausada. Una traducción corpórea sonaría: "saboread lo sabroso que es el Señor". El símbolo pasa al lenguaje espiritual.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La primera carta de Pedro cita dos pasos del salmo; el gustar al Señor, vinculado al bautismo (2,2-3); y el bloque sapiencial en 3,10-12 exhortando a la concordia. Heb 6,2 recoge el símbolo del gusto espiritual. Y el tema del quedar radiantes domina el comentario de 2 Cor 3,7-18.

Segunda Lectura: II Timoteo 4,6-8.17-18

 6pues por lo que a mí toca, estoy para derramar mi sangre y no me falta mucho para soltar amarras. 7He competido en noble lucha, he corrido hasta la meta, me he mantenido fiel. 8Ahora ya me aguarda la merecida corona con la que el Señor, juez justo, me premiará el último día; y no sólo a mí, sino también a todos los que anhelan su venida.
17Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas; quería anunciar íntegro el mensaje por mi medio y que lo oyera todo el mundo pagano; él me libró de las fauces del león. 18El Señor seguirá librándome de toda acción malvada y me guardará incólume para su reino celeste. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

EXPLICACIÓN.

 Vuelve a estimular a Timoteo a la actividad, tanto más necesaria cuanto que el mal va a proliferar (4,1-4). Derramar mi sangre, cf. Flp 2,17. El fruto de la dedicación (5-8).
Situación desfavorable en el primer juicio. Seguridad de Pablo (16-18). 

Evangelio: Mateo 16,13-19

 13 Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
- ¿Quién dice la gente que es el Hombre?
                14 Contestaron ellos:
- Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
                15 Él les preguntó:
                - Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
                16 Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
                - Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
               17 Jesús le respondió:
               - ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! Porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre del cielo.
18 Ahora te digo yo: Tú eres Piedra, y sobre esa roca voy a edificar mi comunidad y el poder de la muerte no la derrotará.
19 Te daré las llaves del reino de Dios; así, lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.

EXPLICACIÓN.

Fuera del territorio judío y de la concepción del Mesías nacionalista. El Hombre es el portador del Espíritu de Dios (3,16s), pero la gente lo asimila a personajes del AT. No descubren su novedad (14). Simón Pedro se hace espontáneamente el portavoz del grupo (16); sus palabras son una perfecta profesión de fe cristiana: el Mesías Hijo de Dios, en lugar del Mesías hijo de David de la expectación general; vivo, el que posee la vida y la comunica; también el Hijo es dador de via y vencedor de la muerte. Bienaventuranza (17). Es el Padre quien comunica el conocimiento de su Hijo. Pedro es uno de la gente sencilla (11,25-27). Esta revelación no es, por tanto, un privilegio suyo, está ofrecida a todos, pero sólo los "sencillos" están en disposición de recibirla. Respuesta de Jesús (18) a la profesión de fe (16: Tú eres; 18: Tú eres). Piedra/Pedro y roca no son equivalentes: la piedra puede lanzarse (2 Mac 1,16; 4,41); la roca es inamovible. En 7,24s, se trataba de la vida del creyente; en este pasaje, de la vida de la comunidad mesiánica. La primera se concebía como una casa, la segunda, como una ciudad (Iglesia, cf. 5,14; 27,53), es decir, como una sociedad humana. En el primer caso, la roca era la conducta según el mensaje de las bienaventuranzas; en el segundo, es la fe/adhesión a Jesús Mesías Hijo de Dios. El que la profese, es "piedra", entra en la construcción de la nueva ciudad. Se presenta el reino de la muerte (18b) como una ciudad enemiga; sus puertas (el lugar más fortificado) representa su poder. Victoria sobre la muerte. Dos imágenes paralelas describen ciertas funciones de los creyentes; representados por Pedro, admiten o rechazan en la nueva comunidad (el reino de Dios) (cf. Is 22,22). Desatar, perdonar los pecados de los que con fe en Jesús (cf. 9,8) se incorporan a la comunidad, cancelar un pasado permitiendo comenzar una vida nueva; atar, imputar el pecado, excluir de la comunidad (cf. 18,15-18). 

28 DE JUNIO DEL 2012.


Primera Lectura: II Reyes 24, 8-17

Jeconías de Judá (598-597) (2Cr 36,9-10).
8Cuando Jeconías subió al trono tenía dieciocho años, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, natural de Jerusalén. 9Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre.
10En aquel tiempo, los oficiales de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén y la cercaron. 11Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén cuando sus oficiales la tenían cercada. 12Jeconías de Judá se rindió al rey de Babilonia, con su madre, sus ministros, generales y funcionarios. El rey de Babilonia los apresó el año octavo de su reinado. 13(Se llevó los tesoros del templo y de palacio, y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo según las órdenes del Señor. 14Deportó a todo Jerusalén, los generales, los ricos –diez mil deportados-, los herreros y cerrajeros; sólo quedó la plebe). 15Nabucodonosor deportó a Jeconías  a Babilonia. Llevó deportados de Jerusalén a Babilonia el rey, la reina madre y sus mujeres, sus funcionarios y grandes del reino, 16todos los ricos –siete mil deportados-, los herreros y cerrajeros –mil deportados-, todos aptos para la guerra. 17En su lugar nombró rey a su tío Matanías, y le cambió el nombre en Sedecías.

EXPLICACIÓN.

24,8. El partido de la resistencia contaba con que el hijo de Jeconías (Yehoyakin) continuase la política paterna. Al principio el joven cedió a los ministros; pero cuando un ejército en regla asedió la capital, Jeconías se rindió para salvar la vida y la ciudad. El emperador tomó represalias, impuso fuertes tributos y nombró un rey vasallo, de la familia de Josías: Sedecías.
24,12. Entre los deportados de la primera ola marchó a Babilonia un joven sacerdote que había de recibir su vocación profética en el destierro; anunció la caída definitiva y la esperanza de restauración: se llamaba Ezequiel. Para este profeta, Jeconías sigue siendo el rey legítimo, los años se siguen contando según su sucesión al trono.
24,13-14. Adición posterior que anticipa hechos de la segunda deportación. Véase Jr 27,22. Los versos siguientes dan la versión original. *O: según lo que había anunciado el Señor, Is 20,17s.
24,15-16. Con estas medidas, Nabucodonosor creyó domada la resistencia de los judíos. Se engañaba.
24,17. Es un hijo de Josías, hermano uterino de Joacaz, el rey depuesto por Necó. También Nabucodonosor respetó los sentimientos religiosos del pueblo, dando al nuevo rey un nombre yahvista. Sedecías significa “justicia (o victoria) del Señor”. ¿Hay un toque de ironía en semejante nombre? (cfr. Jr 23,6).

Salmo Responsorial: 79 (78)

1¡Oh Dios!, los paganos han invadido tu heredad,
                   han profanado tu santo templo,
han reducido Jerusalén a ruinas.
2Echaron los cadáveres de tus siervos
en pasto a las aves del cielo
la carne de tus leales a las fieras de la tierra.
3Derramaron su sangre como agua
                   en tomo a Jerusalén,
y nadie la enterraba.
4Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
                   burla y baldón de los que nos rodean.
5¿Hasta cuándo, Señor, enojado?
¿siempre ardiendo como fuego tus celos? 
8No nos imputes los delitos de los antepasados.
Que tu compasión se apresure a alcanzamos,
                   pues estamos agotados.
9Socórrenos, Dios Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre.
Líbranos y expía nuestros pecados,
                   en atención a tu nombre.

EXPLICACIÓN.

79,1 La invocación inicial sitúa la descripción y todo el salmo. "Heredad" del Señor es el territorio (Ex 15,17) Y la capital (Sal 47,3). Invadirlo va contra un precepto (Lam 1,10). "Profanar el santuario" es delito denunciado en la ley y los profetas: Lv 15,31; Nm 19,13; Jr 7,30.
79,2. Motivo literario tópico: 1 Sm 17,46; 2 Sm 21,10; 2 Re 9,35-37. 

79,3 "Derramar sangre" es fórmula técnica de homicidio. La sangre hay que enterrarla o taparla para que no clame al cielo: Gn 4,10; Job 16,18.
79,5-9 Estos siete versos, con su distribución proporcionada, nos hacen sentir el problema de la discriminación. La comunidad se siente bajo la ira de Dios prolongada; y no pide que cese la ira, sino que cambie de destinatario. 79,6-7 Los paganos se definen por "no reconocer al Señor" ni "invocar su nombre", de donde se sigue el imperialismo "devorador": cfr. Sal 14. Léase la respuesta del faraón en Ex 5,2. La "dehesa" es el territorio o la capital: Ex 15,13; Is 33,20; Jr 25,30 etc. 
79,8-9 Confesándose culpables, apelan a la compasión de Dios y al honor de su nombre. Los pecados de los antepasados se han acumulado bajo los pecados recientes (Is 65,7), "nuestros": los antiguos que Dios los olvide, los recientes que los "expíe". Estos tres versos son una confesión penitenclal resumida: puede verse ampliada en Esd 9; Neh 9-10; Dn 3 y 9; Bar 1,15-3,8.
79,8 "No imputes" o no recuerdes: con valor judicial: Is 43,25; Jr 31,34. 
79,9 Sobre "expiar", además de los textos litúrgicos de Lv y Nm, pueden consultarse Is 6,7; 22,14; 27,9.

Trasposición cristiana.

El Apocalipsis recoge dos temas del salmo: los cadáveres sin enterrar y la venganza de los asesinados: Ap 11,7; 6,9. Piensa en un juicio final o definitivo, con oposiciones netas, sin intermedios. La Iglesia perseguida recita el salmo confesando sus pecados y pidiendo la justicia necesaria para liberar a las víctimas inocentes.

Evangelio: Mateo 7, 21-29

21 No basta decirme: "¡Señor, Señor!", ¡si hemos profetizado en tu nombre y echado demonios en tu  nombre y hecho muchos prodigios en tu nombre!"
23 Y entonces yo les declararé: "Nunca os he conocido. ¡Lejos de mí los que practican la iniquidad!
                24 En resumen: Todo aquel que escucha estas palabras mías y las pone por obra se parece al hombre sensato que edificó su casa sobre roca. 
25 Cayó la lluvia, vino la riada, soplaron los vientos y arremetieron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada en la roca.
                26 Y todo aquel que escucha estas palabras mías y no las pone por obra se parece al necio que edificó su casa sobre la arena.
27 Cayó la lluvia, vino la riada, soplaron los vientos, embistieron contra la casa y se hundió. ¡Y que hundimiento tan grande!
               28 Al terminar Jesús este discurso, las multitudes estaban impresionadas por su enseñanza,
29 porque les enseñaba con autoridad, no como sus letrados.

EXPLICACIÓN.

 De nuevo (24-23) el primado de las obras sobre las palabras. Pero, más allá de las obras, Jesús juzga las intenciones. Lo extraordinario carece de valor (22-23) si no nace del amor n tiende a construir el reino de Dios. Parábola final (24-27): se contrapone el llevar o no a la práctica la enseñanza escuchada. La casa, el hombre mismo. El éxito de su vida en medio de las dificultades se basa en un proceder acorde con el mensaje de Jesús, cuyo punto culminante han sido las bienaventuranzas. Asombro de las multitudes (28, cf. 4,25). Jesús no se apoya en la tradición, como los letrados (29), habla con autoridad propia. La doctrina oficial cae en el descrédito.

27 DE JUNIO DEL 2012.


Primera Lectura: II Reyes 22, 13; 23, 1-3

13-Id a consultar al Señor por mí y por el pueblo y todo Judá a propósito de este libro que han encontrado; porque el Señor estará enfurecido contra nosotros, porque nuestros padres no obedecieron los mandatos de este libro cumpliendo lo prescrito en él.
14Entonces el sacerdote Jelcías, Ajicán, Achor, Safán y Asasías fueron a ver a la profetisa Julda, esposa de Salún, el guardarropa, hijo de Ticua de Jarjás. Julda vivía en Jerusalén, en el Barrio Nuevo. 15Le expusieron el caso, y ella les respondió:
-Así dice el Señor, Dios de Israel: Decidle al que os ha enviado: 16Así dice el Señor: “Yo voy a traer la desgracia sobre este lugar y todos sus habitantes: todas las maldiciones de este libro que ha leído el rey de Judá; 17por haberme abandonado y haber quemado incienso a otros dioses, irritándome con sus ídolos, está ardiendo mi cólera contra este lugar, y no se apagará”. 18Y al rey de Judá, que os ha enviado a consultar al Señor, decidle: Así dice el Señor, Dios de Israel: 19”Puesto que al oír la lectura lo has sentido de corazón y te has humillado ante el Señor, al oír mi amenaza contra este lugar y sus habitantes, que serán objeto de espanto y de maldición; puesto que te has rasgado las vestiduras y llorado en mi presencia, también yo te escucho –oráculo del Señor-. 20Por eso, cuando yo te reúna con tus padres, te enterrarán en paz., sin que llegues a ver con tus ojos la desgracia que voy a traer a este lugar”.
Ellos llevaron la respuesta al rey.
23        1El rey ordenó que se presentasen ante él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 2Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, chicos y grandes. El rey les leyó el libro de la alianza encontrado en el templo. 3Después, en pie sobre el estrado, selló ante el Señor la alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y con toda el alma, cumpliendo las cláusulas de la alianza escritas en aquel libro. El pueblo entero suscribió la alianza.

EXPLICACIÓN.

22,11-13. Basta leer algunas maldiciones de los capítulos 27 y 28 del Dt (incluso la versión breve), para comprender la sorpresa y el terror del rey. El libro se convierte en interpretación teológica del momento actual, mientras el rey lo va leyendo: si Judá y Jerusalén han llegado al presente estado, es como castigo enviado por la cólera del Señor. En los oídos del rey el libro suena como voz profética, denunciando delitos; o más bien, de los delitos acumulados en generaciones, que pesan sobre la generación presente. La consulta busca un medio de expiar el delito y apartar la cólera de Dios.
22,14. En este momento no basta un oráculo sacerdotal ordinario; los dignatarios de la corte, incluido el sumo sacerdote, tienen que recurrir al oráculo profético. ¿Por qué Julda? ¿Es que Jeremías todavía no se había acreditado? El autor no encuentra nada extraño en la elección. Jeremías pertenecía a una familia sacerdotal de Anatot, mientras que Julda era la mujer de un empleado subalterno del templo. Esta profetisa hace compañía a Débora.
22,16-20. El oráculo ha sido reelaborado en estilo deuteronomista, sobre todo en la parte que concierne al templo.
22,17. La cólera es el incendio metafórico que se convertirá en realidad (véase el capítulo final y Ez 9).
22,18-19. A favor del rey se apunta la conversión interna y los gestos externos que expresan la penitencia. Es la actitud inicial, antes de las obras de reforma.
22,20. La cláusula “en paz” hay que entenderla en posición adversativa: sin que veas la desgracia del templo y ciudad. En este sentido la profecía se cumple, la muerte prematura del rey es un acto de misericordia. No se cumple si pensamos en muerte natural. La palabra hebrea shalom tiene una ancha gama de significados; puede ser que los contemporáneos la interpretasen en sentido estricto, lo cual aumentaría el escándalo de su muerte en batalla.
23,1-3. Las ceremonias de renovación de alianza eran conocidas, y el autor no se detiene a describirlas todas. El rey actúa de mediador, como en otro tiempo Moisés y Josué –no sigue el modelo de Joás-. El pueblo escuchaba la lectura pública y respondía con su aceptación, quizá repitiendo el tripe “serviremos” (como en Éx 19 y Jos 24).
23,3. Dt 26,16; 30,2.10. 

Salmo Responsorial: 119 (118)

33Enséñame, Señor, el camino de tus estatutos
                   y lo seguiré puntualmente.
34Enséñame a cumplir tu voluntad
y a observarla de todo corazón.
                  35Encamíname por la senda de tus mandatos,
                  porque la quiero.
36Inclina mi corazón a tus preceptos
                   y no al lucro.
37 Aparta mis ojos de miradas vacías,
                   en tu camino dame vida. 
40Mira cómo ansío tus decretos;
                   con tu justicia dame vida.

EXPLICACIÓN.

119,33-40 Al llegar a la letra H, el autor recurre a formas verbales en hifil, factitivas. Así resulta que no es el hombre quien comprende, sino Dios quien le hace comprender. El sustantivo lora(que traducimos por ley) se transforma en "instrúyeme"; el caminar en "encamíname", inclinarse en "inclinar", apartarse en "apartar". El hombre suplica, Dios actúa. Sobresale quizá el "inclinar el corazón", contrarrestando las malas inclinaciones del hombre.

Trasposición cristiana.

Muchos títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc. Por tanto, donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como Mesías. Como los relatos del Pentateuco son también tora, así y mucho más lo es la vida de Cristo. La lectura se facilita usando la clave del "camino". Jesús se lo apropia como norma de conducta y vía de acceso al Padre, al cual añade los de verdad y vida, también presentes en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña "el camino auténtico de la vida".

Evangelio: Mateo 7, 15-20

   15 Cuidado con los profetas falsos, esos que se os acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis; a ver, ¿se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos?
                  17 Así, los arboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.
18 Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos,
19 y todo árbol que no da fruto bueno se corta y se echa al fuego.
20 Total, que por sus frutos los conoceréis.

EXPLICACIÓN.

Palabras engañosas (15-20): los que pretenden hablar en nombre de Dios (falsos profetas), pero buscan sólo su propio interés. La comunidad los conoce por su modo de obrar, reflejo infalible de las actitudes profundas. Frutos buenos y malos (17-20): lo que sirve o no sirve para la vida.

26 DE JUNIO DEL 2012.


Primera Lectura: II Reyes 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36

9b Senaquerib envió de nuevo mensajeros a Ezequías a decirle:
10-Decid a Ezequías, rey de Judá: Que no te engañe tu Dios, en quien confías, pensando que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria. 11Tú mismo has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países, exterminándolos.
14Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó; después subió al templo, la desplegó ante el Señor y oró:
15”Señor , Dios de Israel,
sentado sobre querubines:
Tú sólo eres el Dios de todos
los reinos del mundo.
Tú hiciste el cielo y la tierra.
16Inclina tu oído,
Señor, y escucha;
abre tus ojos, Señor, y mira.
Escucha el mensaje
que ha enviado Senaquerib
para ultrajar al Dios vivo.
17Es verdad, Señor:
los reyes de Asiria
han asolado todos los países
y su territorio,
18han quemado todos sus dioses
-porque no son dioses,
sino hechura de manos humanas,
leño y piedra-
y los han destruido.
19Ahora, Señor, Dios nuestro,
sálvanos de su mano
para que sepan
todos los reinos del mundo
que tú sólo, Señor, eres Dios”.
20Isaías, hijo de Amón, mandó decir a Ezequías:
-Así dice el Señor, Dios de Israel: “He oído lo que me pides acerca de Senaquerib, rey de Asiria”. 21Esta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: “Te desprecia y se burla de ti la doncella, la ciudad de Sión; menea la cabeza a tu espalda la ciudad de Jerusalén.
31Pues de Jerusalén
saldrá un resto,
del monte Sión
los supervivientes.
¡El celo del Señor lo cumplirá!
32Por eso así dice el Señor
acerca del rey de Asiria:
no entrará en esta ciudad,
no disparará contra ella
su flecha,
no se acercará con escudo
ni levantará contra ella
un talud;
33por el camino por donde vino  
se volverá,
pero  no entrará en esta ciudad
-oráculo del Señor-.
34Yo escudaré a esta ciudad
para salvarla,
por mi honor y el de David,
mi siervo”.
35 a.  Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres.
36Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se volvió a Nínive y se quedó allí.

EXPLICACIÓN.

19,10. Jr 20,7; 1 Re 22,20-23.
19,14. El gesto de desplegar la carta en el templo significa un dar a conocer al Señor los ultrajes.
19,15-19. La súplica abrevia el esquema clásico. La visión universal abre y cierra la plegaria. Es muy oportuna esta anchura de horizonte en aquel momento en que los hechos y las palabras del enemigo imponen una visión “universal” de la historia. En el escenario del mundo un emperador ha mostrado la impotencia de los ídolos, en el escenario de Jerusalén el Señor mostrará la impotencia de ese emperador. Será el acto culminante del drama, inesperado y sobrecogedor. Como un auto sacramental en vivo: Jerusalén, escenario para el mundo; todos los pueblos, el público.
19,15. “Sentado sobre querubines”, es decir, entronizado como soberano. Referencia al arca. Éx 25,18; Gn 1,1.
19,18. Dt 32,17.
19,19. 1 Re 8,60.
19,20. A la súplica del pueblo o del rey suele responde un oráculo sacerdotal o profético: Isaías desempeña aquí dicha función. El oráculo se dirige contra Senaquerib, al estilo de los oráculos contra las naciones.
19,21. La ciudad asediada, doncella no sometida al vasallaje del señor extranjero, puede burlarse del conquistador de pueblos;
19,29-31. El oráculo de salvación para el rey y su pueblo empalma con el oráculo precedente, o con los versos 6-7. Es anuncio de paz a través del sufrimiento, de restauración, después de disminuir la población. La tierra continuará su ritmo fecundo, y lo mismo el pueblo, como árbol frutal. Jerusalén, último reducto de la resistencia, será nuevo comienzo de vitalidad, por el amor apasionado del Señor (Is 9,6).
Estos versos, originales de Isaías, plantan un sistema de símbolos que crecerán y se desarrollarán en la teología de la esperanza escatológica. Más tarde se podrán leer también ellos como expresión de dicha esperanza.
19,32-34. Tercer oráculo. El asedio no se coronará con el asalto final, con la conquista en este sentido, la campaña de Senaquerib fue un fracaso, aunque el emperador cobró un fuerte tributo. Jerusalén es la ciudad de David, la ciudad de la presencia de Dios en el templo; éste será su escudo y salvación. Puede verse: Sal 18,3.31; 33,20; 84, 12; 89,19.
19,35-37. Epílogo narrativo, presentado como cumplimiento de los oráculos precedentes.
19,35 Pudo tratarse de una peste violenta que diezmó el ejército y obligó a la retirada. El hecho está contado recordando la noche de la matanza de los primogénitos (Éx 12). En el paso del Mar Rojo, la mañana descubre los cadáveres (Éx 14,24).
19,36. En la retirada también pudieron influir las noticias de Egipto.

Salmo Responsorial: 48 (47) (46)

2 ¡Grande es el Señor! y muy digno de alabanza
                   en la ciudad de nuestro Dios.
                   3 Su monte santo, colina hermosa,
                   gozo de toda la tierra.
                   El Monte Sión, vértice del cielo,
                   capital del Emperador.
                   4 Dios entre sus palacios
                   descuella como alcázar.
10 Meditamos, oh Dios, tu lealtad
                   en medio de tu templo:
                   11 Como tu renombre, Dios, tu alabanza
                   llega al confín del mundo.
                   Tu diestra está llena de justicia:


EXPLICACIÓN.

48,2-4 La primera estrofa desgrana una serie de piropos en oraciones nominales; pero más que el lugar interesa el inquilino. "Monte Santo" equivale a consagrado a la divinidad. "Bello" es adjetivo de localidades en Israel, como Tirsa o Jafa o Naín, y en otras culturas, como Schönstadt o Vallehermoso o Bellavista. "Gozo de toda la tierra": Lam 2,15; envidia de otras montañas: Sal 68,17. "Vértice celeste" equivale a la montaña mítica de los dioses, Monte Casio, Olimpo etc.: cfr. Is 14,15.

48,4 Sorprende la personalización: Dios se "manifiesta como alcázar" o ciudadela. Él con su presencia, es la última defensa de la ciudad.
48,10-12 El tema gira en dirección inesperada, aunque lógica. Para los que sólo veían, la ciudad era manifestación de belleza y poder militar. Los que además meditan descubren obras virtudes divinas: lealtad y justicia. No hay belleza si la contamina la injusticia; el poder militar se justifica por la justa causa (Sal 45,5).

48,11b-12 "Justicia" y "decisiones (justas)", en posición quiástica abarcan todo un sistema de gobierno y son fuente de gozo.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La clave es la ecuación Sión = Iglesia. El tema de la belleza suena en Ef 5,27; el de la victoria contra los agresores en Mt 16,18. El Apocalipsis recoge temas del salmo en su presentación de la Iglesia: la ciudad 3,12; 21,2; los agresores 17,1; 18,20; 19,11; pero no hay templo 21,22. Los antiguos intepretan: oír las profecías - ver el cumplimiento.

Evangelio: Mateo 7, 6. 12-14

6 No deis lo sagrado a los perros ni les echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen, y además se vuelvan y os destrocen.
12 En resumen: Todo lo que querríais que hicieran los demás por vosotros, hacedlo vosotros por ellos, porque eso significan la Ley y los Profetas.
13 Entrad por la puerta angosta; porque ancha es la puerta y amplia la calle que llevan a la perdición, y muchos entran por ellas.
14 ¡Qué angosta es la puerta y qué estrecho el callejón que llevan a la vida! Y pocos dan con ellos.
EXPLICACIÓN.

Prudencia (6): no ser ciego a la actitud de los demás; si se propone el mensaje a sus enemigos declarados puede provocar reacciones violentas.
 De la Ley y los Profetas (12) deduce la norma de moralidad que ha de regir en la nueva sociedad humana. El amor requiere iniciativa más allá de la casuística.
 Necesidad de la decisión personal, salirse de la corriente (13-14).